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De fuga otra vez

Tras un largo periodo de silencio, la historia de Jacob se reanuda cuando sus hijos causan problemas y vemos a Jacob en el conocido papel de fugitivo.
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Hemos visto la reconciliación entre Jacob y Esaú cuando Jacob volvió a casa después de estar con su suegro Labán por veinte años. Vimos cómo se preparó para encontrarse con Esaú y cómo Dios fortaleció su fe:

  • Permitió que viera a los ángeles que lo estaban protegiendo.
  • Se le apareció mientras luchaba en oración.

Este episodio demuestra el desarrollo de la fe de Jacob mientras depende más y más de Dios, y Dios se revela más claramente a Jacob. A fin de cuentas Jacob se encuentra con Esaú y se reconcilian los hermanos.

Entonces Jacob se establece en la tierra de Canaán la que le ha sido prometido por Dios.

Ahora hay un largo periodo de silencio en que no se mencionan ni Isaac, ni Esaú ni Jacob. Se retoma la historia cuando los hijos de Jacob causan problemas y vemos a Jacob en el rol conocido de estar de fuga.

La violación de Dina – 34:1-31

1Y salió Dina, la hija de Lea, a quien esta había dado a luz a Jacob, a visitar a las hijas de la tierra. 2Y cuando la vio Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de la tierra, se la llevó y se acostó con ella y la violó. 3Y él se prendó de Dina, hija de Jacob, y amó a la joven y le habló tiernamente. 4Entonces Siquem habló a su padre Hamor, diciendo: Consígueme a esta muchacha por mujer.
- Génesis 34:1-4

Los problemas de criar a niños en una sociedad pagana se evidencian aquí. Dina, la única hija, quiere acompañar a las jóvenes paganas que la rodean. Sus hermanos se acompañan entre ellos pero ella, a falta de amigas, se hace amiga de jóvenes que no creen. Por su asociación con sus amigas paganas llega a llamar la atención del hijo de un cacique local quien eventualmente la seduce y la viola.

Observe que el padre no reprende al hijo ya que no considera que el hijo haya hecho mal. El joven está obsesionado con Dina y quiere casarse con ella (ella es muy diferente a las mujeres paganas que ha conocido).

Aun en esta cultura y circunstancia era difícil alcanzar un acuerdo entre las familias de los novios así que el padre del joven empieza a negociar con la familia de Jacob para proponer un matrimonio entre ellos.

5Y Jacob oyó que Siquem había deshonrado a su hija Dina, pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó silencio hasta que ellos llegaran. 6 Entonces Hamor, padre de Siquem, salió a donde Jacob para hablar con él. 7Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque Siquem había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse. 8Pero Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem anhela a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer. 9Enlazaos con nosotros en matrimonios; dadnos vuestras hijas y tomad las nuestras para vosotros. 10Así moraréis con nosotros, y la tierra estará a vuestra disposición. Habitad y comerciad y adquirid propiedades en ella. 11Dijo también Siquem al padre y a los hermanos de ella: Si hallo gracia ante vuestros ojos, os daré lo que me digáis. 12Pedidme cuanta dote y presentes queráis y os daré conforme a lo que me digáis, pero dadme a la joven por mujer. 13Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y les hablaron con engaño porque Siquem había deshonrado a su hermana Dina. 14Y les dijeron: No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra. 15solo con esta condición os complaceremos: si os hacéis como nosotros, circuncidándose cada uno de vuestros varones; 16entonces sí os daremos nuestras hijas, y tomaremos vuestras hijas para nosotros, y moraremos con vosotros y seremos un solo pueblo. 17Pero si no nos escucháis, y no os circuncidáis, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.

Jacob se entera de la noticia y se angustia. Llega el padre del joven y propone no solo un matrimonio sino la fusión completa de los dos pueblos. Sería una manera que Hamor pudiese asimilar la riqueza de la familia de Jacob sin guerra o competencia.

Por supuesto, el peligro aquí es la destrucción de la nación al diluir su familia y su fe al casarse con paganos. Con la violación de Dina ya se había tomado el primer paso.

Los hermanos proponen que si los hombres de la ciudad se circuncidan, ellos aceptarían casarse con ellos ya que esto satisfaría sus convicciones religiosas. Por supuesto, como veremos, esto era parte de un plan para vengarse.

(Vv. 18-24) - Al escuchar esto Hamor (el padre) y Sequém (el hijo) aceptan esta condición. Vuelven y convencen a los hombres de la ciudad a que se circuncidan diciendo que sería de ventaja económica casarse con los israelitas.

Observe un par de cosas:

  1. Jacob no está presente cuando se elabora y se propone este plan. Pueda que más tarde supo pero no aprobó el plan.
  2. Rubén y Judá, los hermanos mayores, también fueron excluidos del plan y demostraron (Gén. 37:21) con José que no les gustaba el derramar sangre.
  3. Los dos protagonistas eran Simeón y Leví quienes veremos son los que llevan a cabo la matanza.
  4. Ningún lado le dio importancia a la circuncisión:
    • Los amorreos lo aceptaron simplemente para poder casarse con los israelitas. Así como hoy en día no creyentes simplemente van a la iglesia y hasta se bautizan para impresionar a un posible cónyuge futuro.
    • Los hermanos se aprovecharon de la circuncisión para matarlos. En la era cristiana sería como ahogar a tu enemigo en el bautisterio.

Los amorreos fueron castigados por su blasfemia, y los hermanos causaron grandes problemas por su irreverencia y engaño.

25Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban con más dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón. 26Y mataron a Hamor y a su hijo Siquem a filo de espada, y tomaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron. 27Después los hijos de Jacob vinieron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque ellos habían deshonrado a su hermana. 28Y se llevaron sus ovejas, sus vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y lo que había en el campo; 29y se llevaron cautivos a todos sus pequeños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas. 30Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: Me habéis traído dificultades, haciéndome odioso entre los habitantes del país, entre los cananeos y los ferezeos; y como mis hombres son pocos, ellos se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa. 31Pero ellos dijeron: ¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una ramera?

Simeón y Leví entran y matan a cada varón, destruyen el pueblo, rescatan a su hermana, toman las mujeres como esclavas y toman los bienes para sí. Jacob se preocupa que ahora las tribus cercanas le atacarán. Sin embargo, sus hijos le hacen una pregunta que llega al grano del tema:

  • ¿Qué se supone que debimos hacer ya que violaron a nuestra hermana y la trataron como una propiedad que se podía comprar y amenazaron nuestra pureza familiar?

Se comportaron como los jóvenes imprudentes, insensatos y celosos que eran, pero la pregunta para Jacob era, "¿Dónde estaba Usted cuando pasaba todo esto?"

  • Jacob era el jefe de la familia y debió haber tomado las riendas para resolver el problema.
  • No consultó a Dios cuando pasó esto, simplemente lo dejó en manos de sus hijos.

Jacob tenía un problema como líder, fácilmente se llevaba por otros (por su mamá, por Labán, por sus esposas y ahora por sus hijos). Era un hombre inteligente de gran fe pero en este momento estaba seco espiritualmente, no estaba proveyendo el liderazgo que necesitaba su familia y esto se destaca dramáticamente en este episodio.

La renovación de Jacob – Capítulo 35

1Entonces Dios dijo a Jacob: Levántate, sube a Betel y habita allí; y haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. 2Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos; 3y levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado. 4Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina que había junto a Siquem.
- Génesis 35:1-4

Una vez más Jacob se presenta a Dios en oración sincera y Dios se le aparece con instrucciones de ir a Betel a solo 15 millas de donde se encuentra él. Es el lugar donde Dios le había hablado por primera vez y él había erigido un pilar con la promesa de construir allí un altar algún día (promesa que no cumplió). Quizá el hecho que jamás construyó el altar simboliza su falta de determinación para perseverar en su fe y celo inicial.

Estaba en la depresión de la mediana edad. Era rico, vivían adultos jóvenes en su casa, su fe era blanda y esta crisis demostró cuanto se había dejado llevar.

Pero vemos la renovación de su fe cuando le da las siguientes instrucciones a su familia:

  1. Deben purificar su entorno sacando los ídolos y las influencias paganas de sus casas y vidas. Después de 10 años viviendo entre paganos lentamente se estaba aceptando sus ídolos, costumbres y hábitos. La manera en que Leví y Simeón habían tratado con Hamor y Siquem era más como los paganos que como creyentes.
  2. Cada miembro de la familia debía re-dedicarse. Al lavarse y vestirse con ropa limpia estaban esencialmente diciendo que reconocían su impureza y se estaban dedicando a un Dios santo al ser ellos también santos. El cambio de ropa representa un cambio de actitud: arrepentimiento por sus pecados.
  3. La reorientación de sus vidas. El cambio a Betel no era solamente un cambio geográfico sino también espiritual. Betel quedaba solamente 15 millas al sur de donde estaban pero quedaba a 1000 pies de altura así que se cambiaban a un plano espiritual más alto.

La construcción del altar descuidado por tanto tiempo (debió haberlo hecho hace mucho tiempo) y el entierro de los ídolos e influencias paganas bajo el árbol representan el entierro de lo antiguo y la resurrección a una vida nueva en servicio a Dios.

Volvamos, dice él, al camino que Dios ha preparado para nosotros y el altar en Betel representa un nuevo comienzo para Jacob y su familia.

(Vv. 5-8) Vemos que Dios protege a la familia en el camino a Luz (lo que él renombró El-Betel = El Dios fuerte de la casa de Dios). Aquí muere su nodriza, Débora, lo que significa que probablemente su mamá, Rebeca, ya había muerto y la nodriza había llegado a vivir con Jacob.

(Vv. 9-15) Estando allí, Dios se le aparece a Jacob una vez más para renovarle la promesa:

  • Que verdaderamente él es un príncipe (Israel) por si acaso se sentía indigno por sus faltas. Dios le asegura que puede y debe llevar este nombre.
  • Que surgirán grandes naciones de él y que no será destruido por sus enemigos.
  • Que la tierra en que el se mueve será de sus descendientes.

Entonces Jacob ofrece un sacrificio y renueva su adoración y fe en Betel (Casa de Dios).

16Entonces partieron de Betel; y cuando aún faltaba cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel comenzó a dar a luz y tuvo mucha dificultad en su parto. 17Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, la partera le dijo: No temas, porque ahora tienes este otro hijo. 18Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín. 19Murió, pues, Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. 20Y erigió Jacob un pilar sobre su sepultura; ese es el pilar de la sepultura de Raquel hasta hoy.

Raquel fallece dando a luz al 12 avohijo.

  • Ella le llama "hijo de mi tristeza" pero Jacob le cambia el nombre a "hijo de mi mano derecha".
  • Estaban en camino de Betel al sur donde vivía su padre Isaac.
  • Ella fue sepultada en el área cerca de Belén.

El trauma, la mudanza y el embarazo eran demasiado y Raquel se convierte en una víctima de esta época de la vida de Jacob.

(Vv. 21-26) Otro episodio cuenta de Rubén, el hijo mayor, acostándose con Bilha, la sierva de Raquel y concubina de Jacob. Aquí no se menciona ningún reproche pero más adelante se le niega a Rubén su primogenitura a causa de esta indiscreción (Génesis 49:3-4). Se nombran los doce hijos una vez más antes de que Jacob por fin llega a su hogar original para presentarlos a su padre, Isaac, antes de su fallecimiento.

27Jacob fue a su padre Isaac en Mamre de Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían residido Abraham e Isaac. 28Y vivió Isaac ciento ochenta años. 29Y expiró Isaac y murió, y fue reunido a su pueblo, anciano y lleno de días; y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.

Así que Jacob (ahora Israel) por fin llega a casa de su padre Isaac. El autor menciona de paso la muerte de Isaac en este pasaje pero en realidad ocurre más adelante. En todo caso Isaac es sepultado por sus dos hijos quienes tienen ahora comunión el uno con el otro. Es enterrado en el mismo lugar que su esposa Rebeca, su padre Abraham y su madre Sara.

Los descendientes de Esaú – 36:1-43

El capítulo 36 enumera los descendientes de Esaú en una sola sección. No hay una descripción de su vida o época simplemente encontramos un registro de sus hijos, hijas y la ubicación de sus descendientes.

Se llamaban los edomitas y eran una mezcla de sus descendientes y el pueblo cananeo que también ocupaba el territorio. Este registro se da para mostrar el desarrollo de la familia de Esaú separado de la familia de Jacob quien tenía la promesa.

Lecciones

1. Te casas con quien sales

Esta es una historia antigua pero enseña una verdad moderna y consistente. Dina no tenía otras amigas y buscó comunión y compañía en un ambiente pagano siendo así el objeto de costumbres y prácticas paganas.

No podemos esperar que nuestros hijos e hijas cristianas tengan amistades o relaciones cristianos si no nos preocupemos de que tengan influencias sociales cristianas:

  • Grupos de jóvenes
  • Campamentos
  • Asistencia a la iglesia
  • Universidades cristianas
  • Tener amigos cristianos en nuestras casas

Si el 90% del contacto de nuestros hijos es con no cristianos entonces las probabilidades que se casen con un no cristiano y críen a hijos no cristianos también es de 90%.

2. El liderazgo aborrece un vacío

Cuando los líderes no lideran, alguien o algo tomará el liderazgo en su lugar. Jacob estaba ausente en su liderazgo, se encontraba dormido al volante y sus hijos tomaron las riendas haciendo lo que ellos consideraron bien - buenas intenciones con malos resultados.

Si los líderes en la iglesia no lideran proactivamente, alguien o algo más tomará las riendas:

  • Apatía
  • División
  • Competencia
  • Enseñanzas falsas

Los líderes pueden soltar el timón por un rato pero en algún momento Dios les llamará la atención y así como la llamada de atención de Jacob, generalmente no es muy agradable.

3. La renovación requiere de un arrepentimiento continuo

La renovación de Jacob requirió que quitara los ídolos, que purificara su casa, que se mudara, que construyera un altar en Betel y empezara a adorar de nuevo. No podemos progresar espiritualmente si no nos descargamos de nuestros pecados regularmente. Generalmente culpamos a otros por nuestra apatía espiritual, pero usualmente la persona responsable es nosotros mismos. No experimentas la renovación por medio de una reunión o un proyecto. La renovación llega cuando reconocemos y erradicamos la barrera que está entre Dios y nosotros.

Jacob sacó a los ídolos, la indiferencia, la asociación con los paganos - nuestra renovación llega exactamente de la misma manera.

  • Quitando el pecado y purificándonos.
  • Quitando la indiferencia y siendo fieles a nuestro ministerio, nuestro Señor y nuestra iglesia.
  • Dejando de participar en el mundo con pecadores y empezando a acercarnos a Jesús y Su pueblo.

Si hacemos estas cosas, llegará la renovación.

Preguntas de discusión

  1. Resuma los eventos de los capítulos 34-36 de Génesis.
  2. ¿Cuáles son las preocupaciones que compartimos con Jacob al formar nuestras familias en una sociedad que no honra a Dios?
  3. ¿Cómo renovó Dios Su promesa a Jacob (Génesis 35) y qué podemos aprender de esto?
  4. ¿Cómo puedes usar esta lección para crecer espiritualmente y ayudar a otros entrar en una relación con Jesús?
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