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El resultado de la adoración bíblica: trascendencia

Mucha gente sale de la adoración pública sin haber cumplido pero sin saber por qué. Esta lección explicará lo que la Biblia dice que debemos recibir de nuestra adoración en espíritu y verdad.
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En la cultura occidental nos gusta medir las cosas para darles valor:

  • El más alto / el más fuerte / el más grande / el más rápido
  • El primero / el máximo / el más nuevo
  • El Libro Guinness de los Récords: el hombre que ostenta el récord de todos los récords.

Por eso estamos tan interesados en los Juegos Olímpicos, son la medida definitiva de los logros humanos en el deporte: refleja el espíritu de nuestro tiempo, donde el valor de uno está, en última instancia, fundamentado en sus logros.

Imagina: todos recordaremos y celebramos que Michael Phelps ganara una medalla de oro al vencer a otro nadador por 1/100 de segundo, pero para quien llegó en segundo o tercer lugar no hay celebración, ni fama ni fortuna. Tales son las reglas de un sistema que recompensa solo los logros.

Digo todo esto porque en la iglesia a menudo estamos influenciados por las cosas del mundo, y no es un fenómeno nuevo. Pablo instó a la iglesia a no ser moldeada ni conformada para este mundo, en Romanos 12:2, de modo que el problema existió también en el primer siglo [de nuestra era].

Lo que sucede es que estamos influenciados por el mundo cuando juzgamos nuestra adoración de la misma manera que juzgamos las cosas que están estrictamente en este mundo y son del mundo, olvidando que la adoración (aunque efectuada en este mundo) no es algo de este mundo, es de otro mundo.

Por ello, el resultado o meta de la adoración NO es:

  • Que terminemos a tiempo
  • Que lo hagamos bien o muy bien
  • Que asista mucha gente
  • Algo que se puede "medir" o "contar"

O, en nuestra adoración y devoción personal, que:

  • Seamos regulares (devoción todos los días)
  • Terminemos de leer toda la Biblia en un año o menos
  • Agradezcamos a Dios, a nuestra esposa, sea un buen ejemplo.

Todas estas cosas tienen un lugar y una parte en la adoración, pero no son el objetivo final. Nos esforzamos para lograr - en la medida que llegamos ante el Señor con humildad- comunión con nuestro Dios.

No, el objetivo de nuestra devoción, el resultado final de nuestra adoración en espíritu y en verdad es trascendencia.

Antes de explorar esta idea, primero vamos a manejar el significado de esta palabra. Trascender significa ir más allá del límite, superar lo que es normal. Por ejemplo, en el mundo del deporte, Muhammad Ali - el boxeador - trascendió al boxeo y se convirtió en un icono social, religioso y político. La trascendencia es una cualidad esencial del ser y del carácter de Dios. Él se halla más allá de lo material, lo natural. Es, como decimos, sobrenatural.

Por eso, cuando digo que el resultado de la adoración es la trascendencia, quiero decir que nuestro objetivo es ir más allá:

  • El tiempo que usamos para adorar
  • Los "actos" de adoración
    • Algunos ven en los diversos "actos" de adoración (alabanza, oración, predicación, Cena del Señor, ofrenda, fraternidad, etc.) metas en sí mismas, significando que adoro en espíritu y en verdad porque llevé a cabo estos actos, o lo hice a menudo, o lo hice bien, sinceramente, con precisión, entre 10,000 personas.

Pero Dios nos ha dado estas cosas para que podamos comunicarnos con Él y, al hacerlo, trascenderlas hasta un punto en el que realmente podamos experimentarle. Trascendencia en la adoración es la experiencia de Dios en nuestro espíritu.

¿Estoy describiendo algo que es Bíblico? ¿Posible? Bueno, en la Biblia los que servían a Dios lo buscaban en oración, lo adoraba en espíritu y en verdad, tenían experiencias trascendentes de Él:

El profeta Isaías comenzó su libro diciendo: "Visión que tuvo Isaías, …." (Isaías 1:1). Esta es la trascendencia del profeta. No solo maestro de la Ley, consejero de reyes, sino aquél que trascendía estas cosas para experimentar a Dios a través de visiones. No estoy proponiendo que tengamos lo mismo hoy, estoy simplemente mostrando un ejemplo de trascendencia tal como fue experimentada por uno de los siervos especiales de Dios.

David, al llevar el arca desde Obed-Edom hasta Jerusalén, adoró al Señor con alabanza, con sacrificios de animales, pero 2 Samuel 6:14: también dice que "... David danzaba con toda su fuerza delante del Señor ... ".

Al ver esto, su esposa Michal lo llamó tonto y lo reprobó. David la reprendió porque ella no pudo ver que estaba celebrando ante el Señor - experimentó un gozo trascendente en esa ocasión que expresó en forma de danza. De nuevo, no digo que introduzcamos el baile en nuestra adoración, de modo podamos alcanzar una experiencia trascendente. Sin embargo, si experimentamos transcendencia en la adoración es posible que deseemos estallar en alguna forma de alegría expresada!

Leemos la Biblia y no solo nos maravillamos, sino que estamos hambrientos de las experiencias trascendentes que vemos en los sueños de los profetas, en la visión e inspiración de los escritores del Nuevo Testamento, y en los encuentros con el Señor que describe Pablo. Estamos celosos de las manifestaciones poderosas en la iglesia naciente, en forma de grandes obras, crecimiento dinámico, incluso de temblores en el suelo después de que los santos orasen en acción de gracias por la liberación de Pedro y de Juan de la cárcel (Hechos 4:3).

Tuvieron experiencias trascendentes en su adoración y servicio a Dios, y creo que esto es lo que nos falta, y lo que queremos para que nuestra adoración sea satisfactoria y motivadora. Después de todo, si nos reunimos para comunicarnos con Dios mismo, ¿no debiera ser esta experiencia tan dinámica o más que ver una película o ir a un concierto o ver un partido de fútbol?

Y, sin embargo, para muchos (¿la mayoría?), no lo es. Cuando se pregunta por palabras que describan su experiencia de adoración, a menudo escuchamos: aburrido, largo, debido, agradable a Dios, lo correcto para cumplir con la voluntad de Dios. Pero rara vez escuchamos las palabras trascendente, alegre, que cambian la vida, o rebosante de felicidad.

Por supuesto, debo hacer salvedades para que no se me entienda mal.

  • Experimentar trascendencia no es el objetivo de todo acto de adoración o devoción personal u oración. Tú no eres quien hace que la trascendencia suceda, te sucede. No porque no pueda suceder, con Dios todo es posible. No sucede porque nosotros no podríamos albergarla en nuestro estado actual de carne pecaminosa.
  • La trascendencia viene en pequeñas dosis, la suficiente para que podamos "probar" el cielo que nos espera, pero no tanto como para que devengamos inútiles aquí en la tierra. Y ese "gusto", esa experiencia de Dios, está reservado a los que le adoran en espíritu y en verdad.

Trascendencia ahora

Bien, ahora viene la pregunta difícil: "¿Y hoy, qué? ¿Cuál es la naturaleza de esa experiencia trascendente? Si no es una revelación directa a través de un sueño o una voz interior; si no es el empoderamiento para hacer milagros o profecías sobre el futuro, etc. ¿Qué es exactamente?".

No conozco todas las formas en que Dios nos permite experimentar y conocerle, llevándonos más allá de los límites del conocimiento humano y hacia la trascendencia, pero conozco algunas de las maneras que experimentamos a Dios hoy:

  • Tenemos esa experiencia de "Aquí estoy, Señor". Algunos se refieren a ésta como una "llamada". Donde de alguna manera sabemos que Dios nos está llamando o dirigiéndonos a una misión, una obra, una tarea, etc. Siempre es difícil explicar a los demás por qué sentimos así, pero esta es una forma de experiencia trascendente.
  • Escuchando verdaderamente la Palabra. Los que se adelantan están teniendo una experiencia trascendente. Las "palabras de vida" han traspasado sus almas y responden con arrepentimiento, bautismo o confesión de una necesidad de oración, etc. A veces "escuchamos" o entendemos la Palabra de una manera renovada, más profunda, más satisfactoria que nunca. Esta es la trascendencia. Esta experiencia que nos hace llorar con su poder de afectarnos.
  • A veces tenemos una visión de la voluntad de Dios. No una visión creada sobrenaturalmente (como la zarza ardiente o el valle de los huesos secos), sino una visión real donde cosas reales, situaciones y personas se unen como un rompecabezas que crea una imagen, de modo que podemos realmente ver lo que la Palabra de Dios está indicando en un contexto concreto. Esta es una experiencia trascendente.
  • Luego está la alegría trascendente que experimentamos cuando vemos la Palabra de Dios y la voluntad cumplidas en nuestras vidas o en las vidas de otros. Esto también es trascendencia.

Pero más allá de todo esto, Pablo describe la experiencia trascendente de darse cuenta del poder del amor de Dios en Cristo Jesús.

38Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
- Romanos 8:38-39

Ten en cuenta las palabras que usa aquí. El amor de Dios es mayor, trasciende la muerte, la vida, los seres espirituales, las preocupaciones o miedos, o cualquier cosa creada. Si esto no es trascendencia, no conozco una mejor manera de describirla.

Cuando estamos inmersos en la plena realización del amor de Dios
por nosotros en Cristo Jesús, experimentamos trascendencia en su forma más alta y pura.

El problema de la trascendencia

El principal problema u obstáculo para nuestra experiencia de trascendencia es el miedo. Tenemos miedo porque hemos sido enseñados que nuestra única y verdadera experiencia de Dios es intelectual, no emocional. En otras palabras, "conocemos" a Dios al conocer las doctrinas correctas acerca de Dios. Esto es como decir que conozco a mi esposa leyendo un informe sobre ella, o escuchando lo que sus amigos me dicen de ella.

Podemos conocer la voluntad, el propósito y el carácter de Dios de esta manera, pero en realidad no Le conocemos de esta manera. ¿Cómo prefieres conocer a su esposa: obteniendo un informe biológico y anatómico correcto de su médico O BIEN conocerla con un beso? ¿Cual es mejor? ¿Cuál más íntimo?

Ahora bien, hay una razón por la que tenemos miedo y tiene mucho que ver con nuestra historia. La historia de la que hablo es la historia de la emoción, sentimiento y trascendencia en la iglesia.

A. La iglesia católica lo llamó "misterio".

La transformación del pan y el vino en el cuerpo y sangre reales en la comunión es un misterio (transubstanciación). Cada domingo se produce un milagro acompañado de una experiencia sobrenatural de velas, ritual e imaginería. Ellos [elementos] crean una experiencia "mística" a través del servicio religioso y del sistema (santos, reliquias, peregrinaciones, santuarios) y llegó a un punto donde ya no se parecía al cristianismo bíblico.

B. La reforma protestante fue en gran medida una reacción a estas prácticas que, en su mayor parte, no eran bíblicas. El protestantismo promovió una experiencia intelectual, un enfoque razonado de la religión para contrarrestar los excesos del catolicismo.

Muchos grupos protestantes se apoderaron de las iglesias católicas en Europa y eliminaron estatuas, frescos pintados y reemplazaron vitrales para borrar cualquier sugerencia de misterio. El objetivo era un ambiente purificado y casi estéril.

Nosotros, en el Movimiento Restaurador, procedemos de estos antecedentes. Ahora el problema para los protestantes que se escindieron del Catolicismo Romano basado en la idea de que solo la Biblia nos guiará (no el misterio, ni la historia, ni la ceremonia, o papado) era lo siguiente: "¿Quién tiene razón cuando se trata de saber lo que La Biblia dice? porque hubo diferentes opiniones sobre muchos asuntos.

Nosotros somos los que respondimos a esa pregunta diciendo: "Doctrina correcta a través de interpretación correcta". El resultado fue un movimiento que se centró en ser correcto pero más bien sin vida. Los católicos se centraron en el efecto (misterio) y descuidaron la causa real (Biblia) y terminaron con una religión que no se parece más al cristianismo.

En las iglesias de Cristo, nos centramos en la causa (Biblia) y temíamos el efecto (trascendencia) porque temíamos cometer un error y ahora tenemos iglesias sin vida.

C. Al propio tiempo aparece el movimiento Pentecostal a principios del siglo XX.

Devolvieron el sentimiento al Cristianismo. Cada oficio tiene "misterio" porque el Espíritu Santo obra todos los domingos, miércoles y viernes, dando a la gente una experiencia de "trascendencia" (hablar en lenguas, profecía, curación, etc.). Ellos también evitan el error Católico Romano de descuidar la Biblia, al fundamentar sus afirmaciones y autoridad en la experiencia que tienen sobre la Biblia.

Los resultados: iglesias de crecimiento más rápido en el mundo. ¿Por qué? Trascendencia a la carta.

¿El problema? Usan su propia definición de lo que es trascendencia ¡y no la definición de la Biblia! al usar su propia definición sobre hablar en lenguas, curar, profecía, etc. y no lo que la Biblia describe como ejemplos legítimos de estos fenómenos. Un ejemplo religioso de "el fin justifica los medios". En su caso, un fin falsificado perseguido por medios inexactos.

Al final, se parecen mucho a los Católicos Romanos que se centran en los resultados y persiguen esto con cualquier método de trabajo utilizando su crecimiento como justificación.

Lo triste del Pentecostalismo es que su sistema y enfoque les niega lo que buscan ... verdadera trascendencia. Idea correcta, tácticas incorrectas.

Resumen

Entonces, alguien podría preguntar a este punto: "¿Qué nos hace tan inteligentes o mejor que otros?"

La única cosa que puedo responder a eso es que al menos nos hacemos las preguntas, buscamos respuestas, nos esforzamos por encontrar el equilibrio perfecto donde verdaderamente adoramos a Dios en espíritu y en verdad.

  • Acercarse a Él con humildad y sumisión, eso es Bíblico.
  • Comunicarse con Él de acuerdo con Su voluntad y propósito, y no el nuestro, esto es correcto y en el espíritu de la Palabra.
  • Y tener esa experiencia trascendente que debe venir de un encuentro con el Dios vivo según Su voluntad y no la nuestra.

Creo que el lugar al que volver para recuperar nuestros esfuerzos en llevar a cabo la adoración Bíblica es no inventar nuevas formas de adoración o aumentar la repetición de las formas presentes. Creo que el primer paso es centrarnos en nuestra sumisión personal y colectiva a la Palabra de Dios, no sólo intelectualizándola
o debatiéndola.

La sumisión que nos lleva a la trascendencia requiere:

1. Verdadera obediencia

Obediencia a las cosas que sabes y de las que estás convencido ahora. Por ejemplo, cuando me convertí en Cristiano, no estaba seguro acerca de cuál era la verdadera iglesia, si el Spíritu moraba en ti realmente, el significado del Apocalipsis, pero estaba convencido de que tenía que dejar de fumar. Esto era lo que se necesitaba ahora. Algunas personas esperan obedecer a Dios hasta entenderlo todo. Sumisión en obediencia a lo que sabes es un acto de fe en Dios acerca de lo que aún no sabes.

2. Verdadero discipulado

No solo la asistencia fiel a los oficios. El verdadero discipulado permite a otros tener la experiencia trascendente de ver a Dios viviendo y actuando en ti. El propósito del discipulado es acercar a otros a Cristo, permitiéndoles ver un vislumbre de El en tí. Mi experiencia más gratificante y dinámica en Cristo es ver a alguien entregarse a Dios más plenamente, gracias en parte a algo que pude haber dicho o hecho para servirles en el nombre del Señor.

3. Un verdadero sacrificio vivo

Como todas las cosas buenas, tiene un coste. La sumisión que
conduce a la trascendencia requiere que estemos dispuestos a sacrificar lo que es precioso para nosotros. No me malinterpretes, Dios rara vez pide a alguien sacrificar algo con lo que Él ya nos ha bendecido (familia, paz, ministerio, etc.). Lo que pide es que pongamos sobre el altar las cosas que nos son preciosas, pero no son de Él.... nuestros pecados secretos; la fuente de nuestro orgullo; los sueños y metas que son creación nuestra; las delicias de este mundo que, en ellas mismas pueden no ser malvadas, pero juntas se interponen en el camino de ofrecernos como un sacrificio completo a Dios. Estas son las cosas que marcan a aquellos que están completamente comprometidos en obediencia a la Palabra de Dios.

Puede que no sean oficios religiosos tan llamativos, carismáticos y modernos. Puede que no sean tan fáciles de definir y explicar como un sermón de tres partes con PowerPoint, pero en definitiva, nos permitirán adorar a Dios en la forma en que Él espera de nosotros y nos recompensará con un conocimiento y experiencia más perfectos de nuestro Señor - algo llamado "trascendencia."