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El Poder de Jesús

Narrativa #2

En esta sección Mateo describe 3 días asombrosos en la ajetreada vida de Jesús.
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En el primer discurso, el Sermón del Monte, Jesús describe los principios sobre los cuales se establece el reino:

  • Una justicia verdadera ante Dios.
  • Una relación verdadera con Dios y el hombre.
  • Una respuesta verdadera a Su palabra.

La narrativa que sigue este discurso es una descripción del poder sobre el cual se establece el reino y cómo el hombre puede tener acceso a dicho poder.

Tres días en la vida de Cristo

En Juan 21:25 el apóstol dice que el mundo no puede contener todo lo que hizo Jesús. Realmente esto es cierto cuando examinas los muchos libros escritos sobre Jesús y Su vida, materiales relevantes sobre la Biblia. (Googlea el nombre de Jesús o la Biblia y te dará millones de resultados.)

La narrativa de Mateo en los capítulos 8-9 es un buen ejemplo de las razones por las cuales esto es así. Cuando comparamos los diferentes registros del material expuesto en estos dos capítulos, entendemos por qué Juan dijo esto.

Aquí hay un resumen de la actividad de Jesús durante un periodo particular de tres días en orden cronológico:

Día Uno:

  • Sermón del monte
  • Sana a un leproso después del sermón
  • Viaja a Capernaúm (Su residencia)
  • Llega a la casa de Pedro y sana la suegra de Pedro quien le da de comer
  • Varias sanaciones de enfermos que llegaron allí

Día Dos:

  • Manda a los discípulos a cruzar el Mar de Galilea
  • Enseña a quienes quieren ser discípulos sobre el costo de ser discípulo
  • Calma la tormenta en el mar
  • Al llegar al otro lado sana a endemoniados
  • Vuelve a cruzar el Mar de Galilea llegando a Capernaúm
  • Sana al paralítico que llegó allí
  • Llamamiento de Mateo

Día Tres:

  • Cena con los discípulos y Mateo en la casa de Mateo
  • Enseña a los Fariseos y los discípulos de Juan sobre la naturaleza del reino.
  • Resucita a la hija de un oficial de la sinagoga
  • Sana a la mujer con sangramiento
  • Sana a un ciego
  • Sana a un hombre mudo y endemoniado

Mateo no los pone exactamente en este orden, sino organiza su materia de la siguiente manera con el propósito de la enseñanza: tres milagros, una enseñanza, tres milagros, otra enseñanza, cuatro milagros y un resumen. Se describen diez milagros y la enseñanza toca varios temas pero el más importante es el del discipulado.

Mateo ha descrito la naturaleza del reino (el Sermón del Monte), el poder del reino (los milagros), la manera de entrar al reino (fe y obediencia), y la invitación que Jesús extiende a todos de entrar al reino (discipulado).

Narrativa #2

Empezamos el capítulo 8 con Mateo describiendo el primer grupo de milagros seguidos por una enseñanza.

Milagro: Sanación del leproso

1Y cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían. 2Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante Él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. 4Entonces Jesús le dijo: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

Este hombre demostró su fe, creyó que Jesús lo podía sanar y recibió sanación inmediatamente. Jesús lo "tocó" (de impuro a puro). El leproso tuvo que mostrarse ante el sacerdote en el templo para confirmar su sanación para poder una vez más entrar al templo y reanudar su vida social.

Milagro: el criado del centurión

5Y cuando entró Jesús en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole, 6y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho. 7Y Jesús le dijo: Yo iré y lo sanaré. 8Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano. 9Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a este: «Ve», y va; y al otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace. 10Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. 11Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado fue sanado en esa misma hora.

Este soldado era un prosélito piadoso (según el evangelio de Lucas había construido una sinagoga para el pueblo). Se dirigió a Jesús como Señor demostrando su fe y estaba preparado a creer la palabra de Jesús. Jesús se maravilla de la calidad de su fe (¡imagínese impresionando a Jesús!). Su siervo es sanado por la palabra de Jesús no por su deseo o fe personal.

Milagro: la suegra de Pedro y sanaciones varias

14Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de este que yacía en cama con fiebre. 15Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. 16Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 17para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: Él mismo tomó nuestras flaquezas y llevó nuestras enfermedades.

Observe que la suegra de Pedro fue sanada inmediata y completamente. Muchos llegaron a Jesús con enfermedades físicas, emocionales y espirituales y el Señor los sanó a todos. Mateo demuestra que este poder milagroso de sanación que poseía Jesús estaba en concordancia con la profecía referente al Mesías.

Enseñanza: Instrucciones a quienes quisieran ser discípulos

18Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado. 19Y un escriba se le acercó y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

Jesús está intentando describir la experiencia "de otro mundo" del reino. Aquellos que están en el reino también están en el mundo pero les cuesta ser parte de él. No se sienten en casa. Verdaderamente solo son peregrinos pasando por este mundo.

Para el escriba judío cuya religión se encontraba tan ligada a su historia, cultura y geografía, sería bien difícil poder identificarse con Cristo más que con una religión física basada en la historia. Los discípulos de Jesús viven acá en el mundo pero no estarán en casa hasta que estén con Cristo.

Enseñanza: los muertos entierran a sus muertos

21Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22Pero Jesús le dijo: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús les dice a sus potenciales discípulos que dejen a quienes están muertos espiritualmente las cosas de este mundo, que no permitan que estas cosas les impidan seguir a Cristo.

Ahora Mateo describe otro grupo de milagros.

Milagro: Jesús calma la tempestad

23Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. 24Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25Y llegándose a Él, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26Y Él les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 27Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Los apóstoles apelaron con temor a Jesús que los salvara de la tempestad. No es que no tenían fe sino tenían "poca" fe. La debilidad de su fe se demostró en su temor. Jesús demostró Su poder sobre la naturaleza. Ningún curador espiritual moderno jamás ha demostrado esto.

Milagro: los endemoniados gadarenos

28Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. 29Y gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo? 30A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo; 31y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos. 32Entonces Él les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. 33Los que cuidaban la piara huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. 34Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de su comarca.

El endemoniado en esta escena era muy peligroso y poseído por muchos demonios. Los demonios temían que su juicio estaba por llegar (conocen los resultados de su juicio pero no el momento de él. Nadie conoce los tiempos, y si los espíritus no saben cuando, ciertamente no lo saben los humanos). Observe que Jesús los manda salir con una simple palabra, sin drama.

Milagro: Sanación del paralítico

1Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad. 2Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados. 3Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema. 4Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 5Porque, ¿qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate, y anda»? 6Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 7Y él levantándose, se fue a su casa. 8Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Primero, Jesús perdona sus pecados. Los escribas murmuran porque sentían que Jesús no tenía ningún derecho ni poder de hacer esto, solo Dios puede perdonar el pecado. Lo acusaron de blasfemia. Jesús demuestra Su derecho y poder al sanar la enfermedad del hombre (Su poder sobre uno demuestra Su poder sobre el otro). Las personas quienes fueron testigos glorifican a Dios (uno de los propósitos de los milagros).

Enseñanza: llamamiento de Mateo

9Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.

Observe cuán simplemente Mateo describe su propio llamado y respuesta. Él da su nombre, su vida anterior (recaudador de impuestos), su llamamiento y su respuesta. Usa la tercera persona cuando se refiere a sí mismo y no registra ningún diálogo entre Jesús y sí mismo. Esto demuestra su gran humildad.

Enseñanza: lo acusan de comer con pecadores

10Y sucedió que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11Y cuando vieron esto, los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? 12Al oír Él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13Mas id, y aprended lo que significa: «Misericordia quiero y no sacrificio»; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Jesús responde a este ataque diciendo que Su ministerio era uno de compasión y no de ceremonia. Los milagros de sanación y el ministerio de la cruz fueron motivados por compasión. Nada glorifica a Dios más que la salvación del alma y el servicio nacido del amor hacia otros.

Enseñanza: los discípulos de Juan

14Entonces se le acercaron los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan? 15Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. 16Y nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. 17Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

Surgieron preguntas sobre por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y los discípulos de Jesús no. Los fariseos ayunaban regularmente como parte de su práctica religiosa (mucha de la cuál era hipocresía). Juan y sus discípulos ayunaban en parte por su formación judía a cargo de los fariseos, y en parte porque su líder, Juan, era un ascético (no consumía vino, solo comía miel y saltamontes). También, mientras Juan estaba encarcelado oraron y ayunaron por su liberación.

Jesús responde con tres ejemplos:

La aparición de Jesús es uno de gozo, el rey del reino ha llegado y es como la llegada del novio en una boda, es momento de celebración y no de ayuno. Cuando es asesinado (profecía de Su cruz) entonces será el momento de ayunar.

El parche y el odre. Como mencioné, la razón por la cual los discípulos de los fariseos ayunaban era porque les fue impuesto por sus líderes y tradición. La razón por la cual los discípulos ayunaban era por el ejemplo de Juan y el hecho de que estaba encarcelado en este momento. Jesús no impuso esta condición sobre Sus discípulos ya que, Él estaba con ellos y se regocijaban en Su presencia, no tenían necesidad de ayunar.

Los versículos sobre el remiendo y los odres se refieren a su condición espiritual. No les revela (cómo lo hizo para Sus propios discípulos quienes fueron representados por la tela y el odre nuevos) los detalles de Su muerte y resurrección porque ellos no creían. Él era el parche nuevo y ellos en su incredulidad eran el vestido viejo. Él era el nuevo vino y ellos en su incredulidad eran los odres viejos. Su incredulidad los destruiría.

Milagro: la hija del oficial

18Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de Él, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos...
.. 23Cuando entró Jesús en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24les dijo: Retiraos, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de Él. 25Pero cuando habían echado fuera a la gente, Él entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó. 26Y esta noticia se difundió por toda aquella tierra.

Un oficial de la sinagoga le pide a Jesús que salve a su hija que se está muriendo. Jesús llega después de que haya muerto y entonces la resucita. Este milagro prefigura su propio resurrección.

Milagro: sanación de la mujer con flujo de sangre

20Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21pues decía para sí: Si tan solo toco su manto, sanaré. 22Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana.

Este milagro se lleva a cabo entre la petición del oficial y la llegada de Jesús a su casa para resucitar a su hija. Este evento se describe en mayor detalle en Marcos 5:21-34 y Lucas 8:43-48. Mateo presenta el milagro en el orden cronológico desde la petición del oficial de la sinagoga hasta después.

Es interesante observar que Jesús sanó a la mujer basado en su fe y resucitó a la niña en respuesta a la fe de su padre. Esto nos anima a no solo orar por nosotros mismos sino de orar por otros también porque Dios responde a toda oración ofrecida en fe.

Milagro: sanación del endemoniado y mudo

27Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 28Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a Él los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron: Sí, Señor. 29Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra. 32Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel. 34Pero los fariseos decían: El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios.

La importancia de este milagro se ve al lado de los otros milagros obrados (resurrección, calmar la mar, etc.) y era que nadie más entre los profetas y obradores de milagros en su historia había demostrado poder sobre la creación, el mundo espiritual, la enfermedad y la muerte como lo hizo Jesús. ¡Solo Dios podía ejercer este tipo de poder!

Resumen: Jesús, Señor de la cosecha

35Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Mateo resume la naturaleza del ministerio de Jesús: enseñanza, predicación y sanación.

La enseñanza y el llamado del discipulado de Jesús son seguidos por una oración pidiendo una respuesta. En la próxima sección veremos la elección y la salida de los discípulas para así multiplicar las enseñanzas, prédicas y milagros hechos por el Señor.

Así que tenemos, desde la perspectiva de Mateo, una descripción de la vida cotidiana del Rey mientras Él establece Su reino en los corazones de hombres y mujeres mediante Su poder milagroso y Su enseñanza inspirada.

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