El Evangelio en el Antiguo Testamento
Estamos estudiando la vida de Abram, sus peregrinajes en Canaán y Egipto, sus fracasos y éxitos al confiar en Dios para protección y provisión y su encuentro con el gran "tipo" para el sacerdocio futuro de Cristo, Melquisedec, después de derrotar los reyes del norte al rescatar su sobrino Lot. Veremos los mismos patrones de promeses y fracasos en la continuación de su peregrinaje de fe.
La renovación de la promesa– Capítulo 15
Después de las batallas que ha peleado vemos que Abram empieza a sentir su mortalidad y empieza a cuestionar cómo Dios cumplirá con ciertas partes de las promesas.
Después de estas cosas la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande.
- Génesis 15:1
Dios le asegura a Abram después de esta tremenda batalla que acaba de pelear. Hay algunas ideas interesantes introducidas en este versículo en particular:
- La primera vez que la expresión "palabra del Señor" parece referirse a Dios mismo. En Juan la Palabra se hace carne, pero aquí por primera vez el Señor llega a Abram como la Palabra.
- La "palabra" es una especie de visión, de alguna manera el Señor se revela a Abram para reconfirmar y renovar la promesa.
- Estos son los primeros pasajes de "Yo soy" en la Biblia. Yo soy tu escudo. Yo soy tu recompensa.
- Jesús usó esta manera de hablar a menudo para describirse: Yo soy la luz del mundo; Yo soy el camino; Yo soy la verdad y la vida; Yo soy la puerta, la vid, el alfa y el omega.
- La primera pero no la última vez en que Abram recibe la exhortación "no temas" para reconfortarlo. Adán escuchó la voz del Señor y tuvo miedo pero a Abram se le dice que no tenga miedo al escuchar la voz del Señor.
- Cuando Abram oye la palabra no tiene temor porque le creyó a Dios.
Comparación entre Adán y Abraham:
- Adán recibió una hoja de la higuera para cubrir su vergüenza, Abram recibió un escudo.
- Adán es el padre de toda la humanidad, Abram es el padre de todo quien cree.
- Adán pierde el paraíso, Abram es prometido el Señor mismo, el creador del paraíso, como su recompensa.
2Y Abram dijo: Oh Señor Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco? 3Dijo además Abram: He aquí, no me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es mi heredero. 4Pero he aquí que la palabra del Señor vino a él, diciendo: Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero. 5Lo llevó fuera, y le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia.
Abram es consolado por la palabra de ánimo de Dios pero su roce con la muerte lo tiene muy concentrado en el tema principal de su herencia o heredero.
- Oye la promesa de Dios que tendrá muchos descendientes pero hasta ahora no tiene ni un solo hijo.
- Teme que su siervo, quien ni siquiera es pariente suyo, heredará todo. Aparentemente Lot no ha vuelto a vivir con él.
En esta misma visión el Señor le asegura que él, de su propia simiente, va a engendrar un hijo (es todavía posible ya que es Sara la estéril y no él).
Dios renueva la promesa y esta vez compara sus futuras generaciones con las estrellas del cielo.
Aquí en el versículo 6 nos encontramos con la primera instancia de la palabra "creer", que juntamente con las palabras "contado" y "justicia" tenemos la esencia de la fe cristiana descrita en este solo versículo. Miremos cada palabra:
- CREER: aceptar como verdad; también significa confiar, apoyar.
- CONTADO: originalmente significaba "tejer" pero llegó a significar imputar o considerar, tomar en cuenta. Entregas a un persona ciertas credenciales o credibilidad por una razón específica. Por ejemplo, otorgar un título "honorario".
- JUSTICIA: primer uso en este sentido en la Biblia. Una justicia moral o pureza, una virtualidad.
Cuando se unen estas ideas enseñan que Dios le otorgó a Abram una justicia moral (que no tenía y no podía obtener) porque Abram aceptó como verdad lo que Dios le prometió.
Expliqué anteriormente lo que era un "tipo" - es una persona, evento o cosa que prefigura, anuncia o nos prepara para algo, alguien o algún evento en el futuro. Por ejemplo, Melquisedec era un "tipo" para el sacerdocio de Cristo. El Arca era un "tipo" para la iglesia. El sacrificio de animales era un "tipo" para preparar nuestras mentes para comprender el sacrificio de Cristo.
Abram es un tipo para cada cristiano. Dios atribuye u otorga o nos considera justos (moralmente aceptables ante Él y así dignos del cielo) porque hemos creído que lo que Él dice es cierto. Lo que nos dice es que creamos que Jesús es el Cristo y que debemos obedecerlo. Si creemos en Jesús naturalmente ocurrirán varias cosas:
- Rechazamos la vida pecaminosa.
- Somos bautizados en obediencia a Su mandato.
- Lo seguimos en esta vida a la próxima.
La confusión en el mundo religioso es que algunos enseñan que con tal que haya un acuerdo o consentimiento intelectual que aceptamos como verdad lo que Dios ha dicho, Dios nos atribuye la justicia.
Nuestro estudio de la vida de Abraham mostrará que cuando Abram le creyó a Dios, estaba entrando en una relación donde su creencia lo llevó a servir y a obedecer a Dios a lo largo de su vida.
Dios no le atribuyó la justicia solo porque dijo que creía o porque hizo todo correctamente. Lo consideró justo porque su creencia lo llevó a entrar en una relación de fe con Dios donde confió que Dios cumpliría con Sus promesas a pesar de sus altibajos en su relación.
Esa es la razón que tenemos esta historia como un tipo, para prepararnos para nuestra propia relación con Dios. Cada uno de nosotros tenemos una relación tan profundamente personal e involucrado con Dios como la de Abraham.
Dios nos considera justos porque por medio de la fe expresada en el arrepentimiento y el bautismo (que es la manera en que Dios requiere que los creyentes respondan a Él: para expresar nuestra creencia), entramos en una relación de por vida con Él.
Y somos continua y completamente justos (no llegamos a ser más puros o salvos que al momento del bautismo), continuamos siendo completamente justos porque creemos que Dios cumplirá todas las promesas que nos ha hecho (resurrección, cuerpos glorificados, vida eterna) a pesar de los altibajos que experimentamos en nuestro andar con Él.
7Y le dijo: Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la poseas. 8Y él le dijo: Oh Señor Dios, ¿cómo puedo saber que la poseeré? 9Él le respondió: Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón. 10Él le trajo todos estos y los partió por la mitad, y puso cada mitad enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y las aves de rapiña descendían sobre los animales sacrificados, pero Abram las ahuyentaba. 12Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él. 13Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años. 14Mas yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas. 15Tú irás a tus padres en paz; y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos. 17Y aconteció que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y he aquí, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades de los animales. 18En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo:
A tu descendencia he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates: 19los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
En este capítulo Abram quiere que Dios le dé una señal que estas cosas se llevarán a cabo. En la época de Abram la idea de la vida eterna como lo entendemos hoy día (una existencia consciente sin fin) no se había desarrollado todavía. Dios nos ha revelado mediante Su Palabra una idea más completa de lo que es la vida eterna.
Para Abram la idea de un hijo y descendientes era lo más cercano al concepto que él entendía de la vida eterna (la idea que él continuaría mediante sus descendientes es la razón por la cual este tema era tan importante para él).
Así que, como señal, Dios le dio una visión de sus futuras generaciones (buenas y malas). Y entonces hace un sacrificio de pacto entre ellos con unos aspectos interesantes:
- Cada uno de los 5 animales que era aceptable para el sacrificio fue cortado a la mitad y cada mitad lo puso frente la otra con un espacio entre medio. El hecho que habían 5 indica que el costo de la promesa sería grande. La costumbre de aquella época dictaba que cuando se hacía un pacto cada persona pasaría entre las mitades del sacrificio para mostrar que estaban obligados por el pacto que el sacrificio representaba y ratificaba. La idea era que si alguna parte rompiese el pacto la muerte del animal ya no sería suficiente y posiblemente se requeriría la muerte del participante que quebró el pacto.
- Después de las preparaciones iniciales, no pasó nada por mucho tiempo señalando cuanto tiempo tardaría Dios en cumplir esta promesa. Incluso Abram tuvo que ahuyentar a las aves de rapiña que querían destruir los cadáveres - un símbolo de los intentos constantes de Satanás de destruir la relación y las promesas de Dios al hombre.
- En seguida la visión se vuelve oscura para describir el sufrimiento de sus descendientes en Egipto y su eventual liberación.
- El horno humeante y la antorcha de fuego pasan por entre las mitades de los sacrificios simbolizando la presencia de Dios pasando entre las dos partes de la ofrenda. Observe que solo Dios pasa entre las partes y no lo hace Abram (se acostumbraba que las dos partes pasaban). Esto significa que el pacto solo necesita la ratificación de Dios para estar vigente. En un pacto entre Dios y el hombre, el hombre accede entrar en el pacto, pero las condiciones y garantías del pacto son la responsabilidad de Dios cumplir.
- Ahora Dios claramente indica la segunda parte de Su promesa a Abram (la primera era que él iba a engendrar un hijo) y eso sería las limitaciones geográficas de la tierra prometida. Desde el desierto en el sur hasta el Éufrates en el norte, todos los pueblos que serían conquistados.
- Bajo Salomón y Jeroboam (1 Reyes 8:65; 2 Reyes 14:25) se cumplió esta promesa físicamente y los judíos gobernaron toda esta región.
- También Dios nos da una garantía de nuestra promesa. Su "Palabra" describe la resurrección de Jesús; Su eventual retorno y juicio; el sufrimiento que debemos pasar antes del fin (Apocalipsis) y lo que debemos hacer para permanecer fiel. La Palabra es nuestra visión y garantía del futuro.
Así que la plenitud de las promesas de Dios que incluyen prosperidad, protección y posteridad son hechas ahora por Dios y confirmadas por Él mediante un pacto.
Lecciones
1. Somos salvos por fe
Lo que nos salva es que somos moralmente perfectos y aceptables a Dios. Lo que nos hace morales y puros es que Dios nos considera así, nos otorga esta condición completa y libremente. Nos lo concede a causa de que le creemos tal como lo hizo Abram. Entramos en relación con Dios como lo hizo Abram. Dios dice que Él nos aceptará si aceptamos a Cristo y cuando lo hacemos nos considera aceptables para Sí mismo. Inicialmente expresamos esa creencia por medio del arrepentimiento de nuestros pecados y al ser bautizados (Hechos 2:38) y continuamos en la salvación al no dejar de creer.
Vemos que Abram tuvo muchos altibajos serios después de entrar en su relación de fe con Dios. Lo que lo mantuvo como justo a través de sus fracasos y éxitos no era el grado de éxito o fracaso sino su confianza de que Dios cumpliría Su promesa a pesar de las faltas de Abram. Es la fe que mantiene tu justicia, y no la perfección.
2. Por la fe tendremos éxito
Aunque Abram tuvo sus altibajos, por último Dios formó de él un siervo exitoso y fiel. La promesa no es que Dios aceptará a una persona mala porque él o ella cree. La promesa es que Dios tomará una persona mala que cree y la hará una persona justa y un siervo fiel.
Abram vivió mucho tiempo y Dios hizo de él un gran siervo, pero Su promesa a nosotros es que lo que no termina aquí lo terminará en el cielo, si tan siquiera creemos que lo hará.
- 1. Resuma Génesis 15:1-6 y responda las siguientes preguntas.
- ¿Qué podemos aprender de Abram de este evento?
- ¿Cómo aplica a nosotros la promesa de que los descendientes de Abram serían más que el número de las estrellas?
- ¿Por qué Dios se demoraría en darles hijos a Abraham y Sara y cómo se aplica a nosotros hoy día?
- ¿Qué significa Génesis 15:7-19?
- ¿Cómo defines tú la fe? 4. ¿Cómo puedes usar esta lección para crecer espiritualmente y ayudar a otros entrar en una relación con Jesús?