Levantando la Cruz de Cristo
3Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.
- 1 Timoteo 2:3-4
El único objetivo y deseo de Dios es que todos se salven. Nuestro estudio gira en torno a las funciones del Espíritu Santo dentro de la Deidad, para lograr este objetivo (la salvación de la humanidad).
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
- Romanos 5:6
El método de salvación escogido por Dios fue la expiación. Eligió este método, tan opuesto a otros - como el perdón general - porque la expiación satisfacía la necesidad de que la justicia y la misericordia se ejercieran simultáneamente en favor del pecador culpable, si bien creyente y arrepentido.
Ahora bien, la expiación se llevó a cabo mediante la crucifixión. Sin embargo, la crucifixión era la forma de pena de muerte romana, en definitiva. En otras palabras, no fue expiación porque Jesús muriera en una cruz. Fue expiación porque el inocente fue matado en lugar del culpable. Y fue mediante crucifixión porque era el método de ese tiempo y porque ese método había sido profetizado en el pasado (Salmo 22:16; Isaías 53:5; Juan 12:32).
De aquí que a partir de ahora el término "cruz" o "levantar la cruz" se referirá en nuestro estudio, no solo el evento que tuvo lugar en la cruz (la muerte de Jesús), sino también lo que Jesús logró (el sacrificio inocente – expiación) que era la expresión de la perfecta justicia de Dios (pago por el pecado) así como de Su perfecta misericordia (el perdón de todos los pecados, salvando así a la humanidad pecadora).
Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
- Juan 12:32
La cruz (la expiación que hace, el perdón que produce) se convierte ahora en el punto focal histórico del plan de Dios para salvar al hombre. En este pasaje, Jesús no solo dice que la cruz abre un camino para que toda la humanidad venga a Él, sino que también:
1) Llama a todos los hombres y mujeres a Él, sin importar cuán cargados de pecado se hallen.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.
- Romanos 1:16
2) Los sostiene como discípulos.
mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
- 1 Juan 1:7
Llegamos a la conclusión, anteriormente, que el Espíritu Santo estaba activo "levantando la cruz" como única actividad. Todas las demás -anterior y posteriormente- están relacionadas, de alguna manera, con este singular logro y actividad. Levantar la cruz, por tanto, significa clarificar el significado de la expiación de Cristo al morir en la cruz.
Por qué la Obra del Espíritu Santo es "Levantar la Cruz de Cristo"
- Todo lo que hizo en el Antiguo Testamento y todo lo que hace en el Nuevo Testamento es preparación o continuación de esta tarea.
- Por esta actividad (levantar la cruz = anunciar la expiación) todos los hombres tienen la posibilidad de salvación y es el ministerio del Espíritu Santo el que les hace conscientes de ello.
- De ahí que, de ahora en adelante, el término "levantar la cruz de Cristo" sea sinónimo de expiación como plan de Dios para la salvación del hombre y del envío de Jesús para revelar y cumplir ese plan de salvación del hombre mediante su muerte en la cruz y la resurrección de entre los muertos. Resulta ahora un buen momento para corregir un error común que cometemos cuando predicamos el evangelio.
A menudo decimos que hay cinco pasos en el plan de salvación:
- Escuchar el evangelio
- Creer en el evangelio
- Arrepentirse de los pecados
- Confesar a Jesús como Señor
- Ser bautizado en el nombre de Jesús (Padre, Hijo, Espíritu Santo).
Estos cinco pasos son ciertos y fáciles de recordar, pero no son el plan de salvación. El plan de salvación es Dios enviando a Jesús como expiación vicaria para satisfacer la justicia de Dios por los pecados de toda la humanidad – este es el plan para salvar al hombre de las consecuencias del pecado.
- El Padre escogió el plan y envió al Hijo.
- El Hijo reveló y cumplió el plan mientras estuvo en la tierra.
- El Espíritu Santo permitió que el Hijo y el plan tuvieran éxito y fueran proclamados.
Oír, creer, arrepentirse, confesarse y bautizarse es la respuesta al plan ordenado y requerido por Dios. ¡Tantas veces, predicamos la respuesta al plan como el plan y nos preguntamos por qué la gente no obedece o no responde! No responden porque aún no se les ha predicado las buenas nuevas, solo la respuesta esperada a las buenas nuevas (evangelio). Las buenas noticias del evangelio, el plan de salvación es que Dios ha enviado a Jesús a sufrir el castigo por tus pecados, en tu lugar, para que tú no tengas que hacerlo. ¡Estas son buenas noticias!
Estoy agradecido, aliviado, feliz por este regalo - ¿qué puedo hacer ahora en respuesta a la oferta misericordiosa de Dios de perdonar todos mis pecados? Recibo el don del perdón, la oferta de gracia de Dios por la fe, la fe en Jesucristo. En otras palabras, creo como verdaderas las cosas que Él dijo (que Él era el Mesías, el Hijo divino de Dios). Creo como verdadero lo que hizo (murió en la cruz por mis pecados, resucitó de entre los muertos para confirmar que lo que enseñó era verdadero).
De modo que creo y expreso la sinceridad de mi fe por medio de la obediencia a Su mandato de arrepentirme de mis pecados y ser bautizado (sumergido en agua), momento en el cual mis pecados son perdonados y el Espíritu Santo viene a morar en mí.
37Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? 38Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. 40Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas.
- Hechos 2:37-41
Así pues, retomando nuestro tema del Espíritu Santo y la cruz de Jesús, podemos decir que el ministerio del Espíritu Santo es levantar la cruz de Cristo hasta el regreso de Jesús al final del mundo.
¿Cómo levanta realmente el Espíritu Santo la cruz?
Sabemos que no lo es de manera literal. Como en un desfile, a menudo vemos a un clérigo que lleva una gran cruz marchando entre una multitud durante alguna festividad religiosa. El Espíritu eleva la cruz externa e internamente a lo largo de la historia. Por ejemplo:
A. Externamente: mediante formas que pueden ser percibidas visiblemente por ángeles y hombres.
1. La cruz en el mundo antiguo
El Espíritu involucrado en toda actividad (de creación, nación de Israel, ministerio de Jesús) que condujo al momento histórico en el que Jesús fue crucificado.
Pues ya que la ley solo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan.
- Hebreos 10:1
Todo estaba preparado para ello. El Espíritu obró con objeto de preparar a la humanidad para la inicial elevación pública de la cruz de Cristo, con todo lo que significaba respecto de la salvación. Se estableció una base histórica para proporcionar contexto y significado a través del sistema de sacrificios (expiación vicaria), el sistema profético (cumplimiento de la profecía), la nación judía (proclamación: luz para los gentiles/como el evangelio es luz para el mundo).
2. La cruz ante los apóstoles/discípulos
Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
- Romanos 8:11
Dios resucitó el cuerpo muerto de Jesús por el poder del Espíritu Santo. Hasta la resurrección, los Apóstoles daban por perdido todo. Su líder, Jesús, había sido ejecutado en una cruz romana. Estaban en estado de shock e incredulidad.
10Eran María Magdalena y Juana y María, la madre de Jacobo; también las demás mujeres con ellas referían estas cosas a los apóstoles. 11Y a ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron.
- Lucas 24:10-11
Esta fue su reacción frente a las mujeres que habían estado en la tumba vacía. Sin embargo, si avanzamos a Hechos 1:21-22, los vemos, no solo creyendo, sino reorganizando sus filas por el testimonio de la resurrección. El Espíritu Santo había "levantado la cruz de Jesús" ante los apóstoles (les permitió comprender su significado) haciéndolos testigos de la resurrección de Jesús. Dado que vieron y oyeron a Cristo resucitado, Su muerte y el propósito quedaron claros. Pedro ve, claramente ahora, el plan de Dios.
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
- Hechos 2:32
Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
- Hechos 2:36
Por lo tanto:
- Todas las enseñanzas de Cristo llevaron a la cruz.
- Todas las enseñanzas de Cristo a los apóstoles acerca de la cruz quedaron claras tras la resurrección.
- El Espíritu Santo, en virtud de Su obra al resucitar a Jesús, "levantó la cruz", por así decirlo, a los apóstoles.
Sí, en efecto, el Espíritu Santo levantó el cuerpo de Jesús de la tumba (Romanos 8:11) – ¿Por qué? Para que el significado de la cruz (expiación vicaria por el Hijo de Dios) quede bien claro para esos hombres, elegidos y enviados a proclamar la Buena Nueva como testimonio personal de ellos y no solo como una nueva enseñanza. Fueron enviados a proclamar lo que vieron, por el poder del Espíritu Santo. Recuérdese que estamos hablando del Espíritu Santo levantando la cruz al mundo antiguo y a los apóstoles.
3. La cruz ante la nación judía
Fue realizado a través del testimonio de los apóstoles.
En Hechos 2:32; 36 hicieron varias afirmaciones audaces.
- Habían presenciado personalmente al Jesús resucitado.
- Que Jesús era el Cristo, lo que significaba;
- Que Él era el ungido de Dios – el Rey de los judíos – Isaías 9:6-7; 11:1-5
- Que cumplió toda profecía.
- Que la esperanza de Israel fue finalmente satisfecha.
- Que Él marcó el comienzo de la época dorada y los "últimos tiempos".
- Que Jesús era Señor.
- No un Señor entre Señores, sino el Señor de Señores y Rey de Reyes.
15la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 16el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.
- 1 Timoteo 6:15-16
Estas afirmaciones, especialmente si se hubieran hecho en Jerusalén, habrían sido absurdas y habrían comportado la condena y la muerte: Jesús había sido asesinado hacía poco por hacer declaraciones similares. La cuestión era: ¿podrían los apóstoles probar sus testimonios de la resurrección de Jesús? Si pudieran ofrecer alguna prueba serían tomados en serio y evitarían ser asesinados por blasfemia, ya sea por la multitud judía o por los funcionarios judíos en el templo donde ellos sabotearon la fiesta de Pentecostés para hacer estas asombrosas declaraciones.
El Espíritu Santo levantó la cruz de Cristo a través del testimonio de los apóstoles a la nación judía y el testimonio fue confirmado por señales y prodigios.
- Estas señales y prodigios hechos por los apóstoles se explican a menudo usando el término "El bautismo del Espíritu Santo".
- Esto significa que los apóstoles pudieron hacer estas cosas sobrenaturales porque recibieron el bautismo del Espíritu Santo.
Existe confusión y debate acerca de este término, de modo que examinemos lo siguiente:
- ¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?
- ¿Cuál es la promesa de la que hablan los profetas?
- ¿Cómo y cuándo recibieron los apóstoles el bautismo del Espíritu Santo?
En primer lugar, no hay ninguna expresión en la Biblia que diga "bautismo del Espíritu Santo".
- Puede inferirse, sin embargo una frase que sugiera un bautismo (inmersión administrada por el Espíritu Santo) no existe.
- El término apropiado usado repetidamente es "bautismo con el Espíritu Santo".
Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
- Mateo 3:11
Juan respondió a todos, diciendo: Juan respondió, diciendo a todos: Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo; a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego.
- Lucas 3:16
Yo os bauticé con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo.
- Marcos 1:8
Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: «Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo».
- Juan 1:33
pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.
- Hechos 1:5
Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando dijo: «Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo».
- Hechos 11:16
Hagámonos esta pregunta: "¿Existe tal cosa como el "bautismo del Espíritu Santo?" Este término sugiere lo siguiente:
- El bautismo pertenece al Espíritu Santo.
- El bautismo es administrado por Él.
- El sujeto del bautismo no es el Espíritu Santo.
En otras palabras, el Espíritu Santo no se bautiza a sí mismo, ni en sí mismo.
4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
- Efesios 4:4-6
Téngase en cuenta que unos treinta años después del domingo de Pentecostés (Efesios está escrito alrededor del año 62 dC) Pablo escribe que hay un solo bautismo, así como solo hay un Señor (Jesús), una fe (un solo cuerpo de enseñanza cristiana), un cuerpo (la ,iglesia), un Espíritu (el Espíritu Santo), un Dios (la Deidad/Trinidad).
La pregunta es: ¿de qué bautismo está hablando Pablo, dado que solo hay uno?
- ¿Es el bautismo del Espíritu Santo?
- ¿Es el bautismo con el Espíritu Santo?
- ¿Es la inmersión en agua de Hechos 2:41 (3.000 bautizados)?
12Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. 13Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
- 1 Corintios 12:12-13
Pablo todavía está discutiendo la unidad dentro de la iglesia (tenemos diferentes dones, pero un Espíritu que los da y los administra, por lo que los miembros individuales permanecen unidos y usan sus diferentes dones para luchar por la unidad). Aquí está el punto central: se nos dice que en virtud de un bautismo todos fueron sumergidos en el cuerpo de Cristo por el Espíritu. Este es el único bautismo mencionado en Efesios a los corintios.
Entonces, ¿qué bautismo habían recibido todos en Pentecostés, todos en Corinto, todos en Éfeso? El Bautismo en agua.
- Comenzó con Juan el Bautista.
- Continuó con Jesús y sus discípulos.
- Seguido por Pedro y los demás apóstoles.
- Todavía practicado y confirmado por Pablo como el único bautismo realizado por la iglesia, tres décadas después.
- Continúa hasta el día de hoy, cuando los creyentes arrepentidos dan un paso adelante para ser sumergidos en agua en el nombre de Jesús para el perdón de sus pecados y para recibir el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38).
Desde el principio hasta el final del Nuevo Testamento, el bautismo en agua es enseñado, ordenado y recibido por los creyentes que desean expresar su fe en Jesucristo según Su palabra inspirada por el Espíritu Santo. Enumero solo unas pocas escrituras donde el Espíritu enseña esta verdad básica:
- Mateo 28:18-20
- Marcos 16:16
- Juan 3:5
- Hechos 2:38
- Hechos 22:16
- Romanos 6:3
- Gálatas 3:27
- 1 Pedro 3:21
- Apocalipsis 7:14
En cierto modo, el bautismo en agua es, en realidad, el bautismo del Espíritu Santo, porque Él lo ordena en Su santa palabra dada al hombre para obedecer y proclamarla. Todos hemos recibido el bautismo del Espíritu Santo cuando fuimos sumergidos en agua en el nombre de Jesús.
Bautizar con el Espíritu Santo
Entonces, ¿qué pasa con el bautismo con el Espíritu Santo del que habló Juan el Bautista y que prometió Jesús? Este término siempre se usa para transmitir una mayor medida de la presencia y poder de Dios entre los hombres. Sugiere que se da el Espíritu Santo: una persona, rey o nación se sumerge en el Espíritu Santo produciendo resultados espirituales.
Una de las promesas de los profetas - y del profeta Joel en particular - era que cuando viniera el Mesías habría un mayor derramamiento del Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo descendió sobre varias personas durante cierto tiempo con objeto de capacitarlas para servir a Dios en profecía, liderazgo y otras formas dinámicas. Por ejemplo:
- Moisés – 'el Espíritu está sobre ti' – Números 11:17
- Josué – 'en quien está el Espíritu' – Números 27:18
- Sansón – el Espíritu viene sobre él con majestad – Jueces 13:25
- David – el Espíritu viene sobre él poderosamente – Isaías 16:13
- Isaías – 'el Espíritu del Señor está sobre mí' – Isaías 61:1
- Jesús – el Espíritu descendió sobre Él – Marcos 1:10
- Apóstoles – bautizados con el Espíritu Santo - Hechos 1:5
Todas estas referencias describían lo mismo, el empoderamiento de las personas por el Espíritu para permitirles realizar una determinada tarea o misión.
pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
- Hechos 1:8
En cuanto a los Apóstoles, su tarea consistió en elevar la cruz de Cristo, a los judíos primero y luego al mundo gentil. Ellos mismos quedaron convencidos, porque habían presenciado la muerte y resurrección de Cristo, y fueron facultados por el Espíritu Santo para hacer milagros a fin de confirmar que su testimonio era de Dios. La gente los consideró testigos creíbles por los milagros que realizaban, no por el mensaje que predicaban. Su capacidad de hablar en otros idiomas que les eran previamente desconocidos no fue solo un milagro irrefutable, sino también el cumplimiento de la profecía sobre la venida del Mesías – Isaías 28:11; 1 Corintios 14:21.
Ahora bien, la promesa de los profetas no se reducía solo a que cuando viniera el Mesías, traería misericordia, sanidad y perdón:
4Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades,
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y afligido.
5Mas Él fue herido por nuestras transgresiones,
molido por nuestras iniquidades.
El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él,
y por sus heridas hemos sido sanados.
6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
nos apartamos cada cual por su camino;
pero el Señor hizo que cayera sobre Él
la iniquidad de todos nosotros.
- Isaías 53:4-6
Anunciaron también que cuando el Mesías viniera, todos, profetas, reyes, jóvenes y viejos, esclavos y libres, hombres y mujeres, recibirían el Espíritu y lo conservarían de forma permanente.
17Y sucederá en los Últimos días —dice Dios—
que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne;
y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán,
vuestros jóvenes verán visiones,
y vuestros ancianos soñarán sueños;
18y aun sobre mis siervos y sobre mis siervas
derramaré de mi Espíritu en esos días,
y profetizarán.
- Hechos 2:17-18
37Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? 38Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
- Hechos 2:37-38
En el libro de los Hechos encontramos dos formas de interacción con el Espíritu Santo:
- Bautismo con el Espíritu Santo – Empoderamiento. El Espíritu Santo enviado por Jesús faculta a los apóstoles a hacer milagros para confirmar que su predicación es verdadera y de Dios.
- La morada del Espíritu Santo – Santificación. Cada creyente arrepentido recibe la morada del Espíritu Santo, no para hacer milagros sino como ayuda para vivir la vida cristiana: sello de la vida cristiana y sello de salvación.
En Él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa,
- Efesios 1:13
Resumen
1. La actividad del Espíritu Santo se centra en preparar y revelar a los hombres los hechos y el significado de la obra redentora de Dios en favor de la humanidad a través de Jesucristo. Resumimos todo ello con la expresión: "Levantar la cruz, externa e internamente".
2. Hemos examinado cómo el Espíritu levantó la cruz a distintos grupos de personas y en diferentes momentos:
- Al mundo antiguo – a través de la nación judía, como luz para los gentiles.
- A los apóstoles, haciéndoles testigos de la resurrección.
- A la nación judía – al empoderar a los apóstoles para confirmar su mensaje como verdadero.
3. El término 'Bautismo con el Espíritu Santo' es una expresión genérica que describe una mayor presencia o interacción con el Espíritu Santo. El significado depende del contexto. Puede significar dos cosas:
- Empoderando – Hechos 1:8 – Apóstoles (Hechos 10:44-45 – Cornelio)
- Morada – Hechos 2:38 – Recepción
9Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. 10Y si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia. 11Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
12Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne,
- Romanos 8:9-12