Jesús en Galilea
Empieza el ministerio público - Parte 1
Lucas sigue el patrón de los otros escritores de los evangelios al documentar el ministerio de Jesús en orden cronológico empezando con el comienzo de Su ministerio público. Después de una breve mención de Su bautismo por Juan, lo cual ocurrió en el río Jordán cerca de Jerusalén (Mateo 3:13-17), y una descripción de Su tentación por Satanás mientras ayunaba en el desierto por 40 días y noches (Lucas 4:1-13), una escena también descrita por Mateo y Marcos (así que no la tocaremos aquí), Jesús se devuelve a la región de Galilea en la parte norte de Israel. Aquí Jesús empieza su ministerio público cerca de la ciudad donde se crio entre personas que lo conocían y habían crecido con Él.
Jesús Empieza Su Ministerio Público — 4:14-44
Resumen General
14Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de Él se divulgaron por toda aquella comarca. 15Y enseñaba en sus sinagogas, siendo alabado por todos.
- Lucas 4:14-15
Siguiendo los estilos literarios de la época, Lucas empieza su descripción del ministerio de Jesús dando un resumen general antes de ir a detalle. Menciona dos componentes básicos de Su ministerio: milagros (por el poder del Espíritu) y enseñanzas (en las sinagogas). Lucas cuenta que inicialmente todos lo recibieron con entusiasmo (alabado por todos). Sin embargo, este entusiasmo cambia rápidamente cuando Jesús llega a su pueblo, Nazaret, para enseñar.
Jesús Enseña en Nazaret – 4:16-30
Anteriormente, Lucas describió los milagros y las enseñanzas de Jesús de una manera general, pero ahora provee más detalle, no solo de Su enseñanza sino también de la reacción de los oyentes a dichas instrucciones.
16Jesús llegó a Nazaret, donde había sido criado, y según Su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. 17Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18«El Espíritu del Señor está sobre Mí, Porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, Y la recuperación de la vista a los ciegos; Para poner en libertad a los oprimidos; 19Para proclamar el año favorable del Señor».
20Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. 21Y comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que han oído».
- Lucas 4:16-21
El contenido de las prédicas y enseñanzas de Jesús incluía tres temas básicos:
- El Mesías y las cosas que ocurrirían en su venida estaban cerca.
- Él era el Mesías divino de acuerdo con las Escrituras.
- Quienes creían llegarían a ser el pueblo de Dios/elegidos/del reino/santos, etc. Quienes no creían serían excluídos.
El pasaje que Jesús lee se encuentra en Isaías 61:1-2. Cuando fueron escritas las palabras de Isaías tenían la intención de ser una profecía a corto plazo respectivo a la eventual liberación y retorno de los judíos del cautiverio babilónico. Digo de corto plazo porque las profecías podían interpretarse en tres períodos. Enseñaban (profetizaban) sobre acontecimientos y temas actuales, animando y advirtiendo a sus oyentes a obedecer los mandamientos de Dios, evitando ciertos comportamientos o enfrentar las consecuencias de un juicio divino. También enseñaban (profetizaban) profecías a corto plazo que trataban de eventos que se cumplirían entre un día, un año o hasta 100 años en el futuro (ej. la profecía de Jeremías sobre los 70 años del exilio y cautiverio de los judíos en Babilonia, Jeremías 25:9-12). Además de estos tipos de declaraciones, hacían profecías a largo plazo de eventos que ocurrirían en un futuro lejano a siglos de distancia (ej. la venida del Mesías o el fin del mundo). A veces una misma profecía tenía un significado tanto a corto plazo como a largo plazo. Este pasaje en Isaías 61:1-2 es uno de estos. Como previamente mencioné, eran palabras de aliento para las personas de su época prometiendo el retorno de los judíos exiliados de Babilonia. Además, la profecía de Isaías tenía una visión a largo plazo en que hablaba de las cosas maravillosas que pasarían con la eventual venida del Mesías en un momento en el futuro lejano que nadie conocía, pero todo el pueblo esperaba (en este caso casi 700 años en el futuro).
En el principio del pasaje Lucas habla de que Jesús está en el Espíritu y así obra milagros y entrega enseñanza llena del Espíritu. Cuando Jesús toma asiento declara que esta Escritura se cumple en Él ("que habéis oído" se refiere al que está hablando). Básicamente está diciendo que las enseñanzas llenas del Espíritu y los milagros hechos por medio del Espíritu que han visto y escuchado de Él son las cosas a las cuales se refiere este pasaje. En otras palabras, el tiempo del que habló Isaías en este pasaje ha llegado, Sus enseñanzas y milagros lo confirma.
Entonces Jesús empieza Su ministerio público declarando que el Mesías, del que han leído y están esperando, ha llegado.
Y todos hablaban bien de Él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José?
- Lucas 4:22
En una primera instancia reaccionaron positivamente a Sus palabras, pero entonces empiezan a dudar y tienen emociones encontradas porque lo conocen como alguien que creció entre ellos y también conocían Su padre terrenal, José.
23Entonces Él les dijo: «Sin duda me citarán este refrán: "Médico, cúrate a ti mismo; esto es, todo lo que oímos que se ha hecho en Capernaúm, hazlo también aquí en Tu tierra"». 24Y Jesús añadió: «En verdad les digo, que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25Pero en verdad les digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra; 26sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta, en la tierra de Sidón. 27Muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio». 28Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, 29y levantándose, echaron a Jesús fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para tirar a Jesús desde allí. 30 Pero Él, pasando por en medio de ellos, se fue.
- Lucas 4:23-30
Jesús estaba al tanto de sus dudas y entendía que lo que quieren es ver un milagro para comprobar Su afirmación. El se niega, citando ejemplos de su falta de fe en el pasado. Esta acusación los enfurece e intentan matarlo, pero se escapa.
Jesús Hace Milagros – 4:31-44
Lucas nos ha dado una vista de cerca de la enseñanza de Jesús y cómo afectó a muchos de los judíos, especialmente en su pueblo de crianza. El autor del evangelio ahora describe el otro componente fundamental en el ministerio de Jesús: los milagros.
31Y descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en los días de reposo; 32y se admiraban de su enseñanza porque su mensaje era con autoridad. 33Y estaba en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: 34Déjanos ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. 35Jesús entonces lo reprendió, diciendo: ¡Cállate y sal de él! Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño. 36Y todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué mensaje es este? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen. 37Y su fama se divulgaba por todos los lugares de la región circunvecina.
- Lucas 4:31-37
En esta escena Lucas describe tanto el milagro como la reacción de quienes lo presenciaron. Es interesante notar que el espíritu inmundo reconoce a Jesús antes que lo hacen los judíos. El Señor los silencia porque no está dispuesto recibir testimonio de demonios. El pueblo se asombra a raíz de esto y Su fama se extiende por todo el territorio.
En los versículos 38-44 Lucas describe muchos otros milagros que sirven para establecer la identidad de Jesús y su ministerio creciente. Él termina el capítulo con la afirmación que Jesús continuaba enseñando en las sinagogas ubicadas en la región norteña de Galilea (esta sección empezó con una declaración como esta y Lucas cierra con una similar).
Jesús Elige Discípulos – 5:1-6:16
Lucas ya ha mencionado que Jesús se ocupaba enseñando en las sinagogas y hacienda milagros asombrosos. Naturalmente esto produce interés, pero también creó la necesidad de otros que pudiesen ayudarlo mientras crecía Su ministerio.
1Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret, 2vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. 3Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca.
- Lucas 5:1-3
Este evento ocurre en el pueblo de Capernaúm donde Jesús reside como adulto el día después de sanar la suegra de Pedro (4:39).
4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. 6Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían; 7entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador! 9Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho; 10y lo mismo les sucedió también a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron.
- Lucas 5:4-11
Es evidente que Pedro y sus compañeros de pesca conocían a Jesús ya que todos vivían en las cercanías, y Pedro accedió a que Jesús ocupara su barco. Al terminar Su discurso, el cual oyó Pedro, Jesús le dice que baje sus redes a pescar. Al principio Pedro es reacio a obedecer y con razón:
- Él, un experto con mucha experiencia no ha pescado nada. ¿Qué podía este rabí (maestro) enseñarle a él sobre la pesca?
- No era el momento adecuado para pescar (durante el día). Se pescaba de noche y de madrugada.
- No era el lugar apropiado para pescar. Los peces no se encontraban en las profundidades de este lago.
- No era conveniente. Pedro ya había terminado con la limpieza y había guardado sus redes, listo para el día siguiente.
- Era demandante. Pedro y los demás ya habían pescado toda la noche y necesitaban ir a sus casas a descansar, no seguir las instrucciones de un maestro religioso.
- Daba vergüenza. El pueblo entero estaba mirando lo que iba a pasar. Si nuevamente no alcanzaba a pescar nada los otros pescadores se burlarían de él.
Pero sabemos cómo termina esta historia. La enseñanza de Jesús ha producido fe en Pedro (le prestó su barca a Jesús para que pudiese enseñar a la multitud). Ahora Jesús le desafía a tomar otro paso de fe (bajar sus redes) que es más costoso que el primero (inconveniente, vergonzoso, etc.). La fe de Pedro se premia al presenciar el poder de Jesús en un contexto que él conoce muy bien: la pesca. Pedro, el pescador, sabe que esta captura es milagrosa.
Reacciona de la misma manera que toda persona reacciona al encontrarse frente al Señor o algún ser celestial: debilidad, vergüenza, asombro. La Biblia describe a ambos hombres y mujeres que caen de cara y adoran o son cegados cuando entran en la presencia de Señor o uno de Sus ángeles. En el caso de Pedro, está inmediatamente consciente de su indignidad y Lucas cuenta que sus compañeros (Jacobo y Juan) se asombraron por lo que vieron. Jesús consuela a Pedro diciéndole que le dará una tarea nueva, ahora que su vida ha sido cambiada por lo que acaba de presenciar. Así que, a través de Su ministerio de enseñanza y milagros, Jesús llama a los primeros tres de Sus 12 Apóstoles.
La historia se cuenta en pocos versículos, pero es probable que estos tres hombres conocían a Jesús por vivir en el mismo sector y capaz habían sido discípulos de Él. Sin embargo, al ver este milagro se comprometen a dejar todo atrás y seguirlo exclusivamente.
Lucas continúa delineando el ministerio de Jesús al describir dos milagros de sanación.
El Leproso
12Y aconteció que estando Jesús en una de las ciudades, he aquí, había allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó. 14Y Él le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero anda —le dijo—, muéstrate al sacerdote y da una ofrenda por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio. 15Y su fama se difundía cada vez más, y grandes multitudes se congregaban para oírle y ser sanadas de sus enfermedades. 16Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba.
- Lucas 5:12-16
Nótese que es la primera vez que Lucas indica que alguien buscó a Jesús para pedirle sanación. No había cura para la lepra y quienes sufrían de ella se les consideraba ya muertos. Nótese la valentía, la fe y la humildad de este hombre. Dependía completamente de Jesús para su sanación, y dirigiéndose a Él con la misma deferencia que Pedro (Lucas 5:8), ambos se postraron ante Jesús con reverencia y fe. La lepra ya avanzada en el hombre fue sanada instantáneamente.
El Paralítico
17Y un día que Él estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de Jerusalén; y el poder del Señor estaba con Él para sanar. 18Y he aquí, unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús. 19Y no hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea y lo bajaron con la camilla a través del techo, poniéndolo en medio, delante de Jesús. 20Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? 22Conociendo Jesús sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Por qué discurrís en vuestros corazones?23¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate y anda»? 24Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 25Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. 26Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios; y se llenaron de temor, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.
- Lucas 5:17-26
Ocurre otro milagro asombroso pero esta vez Lucas describe la hostilidad que está aumentando hacia Jesús porque estaba sanando en el Sabbat. Los Fariseos (abogados y maestros religiosos) enseñaban que incluso la sanación de un enfermo el día de Sabbat se consideraba "trabajo" y violaba el cuarto mandamiento (Éxodo 20:8). Más adelante llegará a ser una de las piedras de tropiezo para los Sacerdotes y Fariseos quienes intentarán acusar y destruir a Jesús por trabajar en el Sabbat, y como vemos en este pasaje, afirmar que es el Hijo de Dios.
En la próxima sección, versículos 27-32, vemos que Jesús continúa añadiendo Apóstoles con el llamamiento de Leví, un judío y odiado recolector de impuestos.
33Y ellos le dijeron: Los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oraciones; los de los fariseos también hacen lo mismo, pero los tuyos comen y beben. 34Entonces Jesús les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los acompañantes del novio ayunen mientras el novio está con ellos? 35Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, entonces ayunarán en aquellos días. 36También les dijo una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; porque entonces romperá el nuevo, y el pedazo del nuevo no armonizará con el viejo. 37Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán, 38sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos. 39Y nadie, después de beber vino añejo, desea vino nuevo, porque dice: «El añejo es mejor».
- Lucas 5:33-39
Esta selección lleva a más controversia porque ahora Jesús está llamando a personas que no son ni académicos y religiosos. Esta crítica le da la oportunidad al Señor a advertir al pueblo que vienen grandes cambios y que no están preparados a recibirlos:
- Vestido viejo = judíos incrédulos
- Vestido nuevo = evangelio/cristianos
- Odres viejos = el sistema religioso de los judíos
- Vino nuevo = el evangelio/cristianismo
Lo viejo no puede acomodar lo nuevo sin producir daños. Lo viejo tiene que cambiar para combinar con lo nuevo.
De nuevo vemos una mezcla de enseñanzas y milagros hechos por Jesús con el propósito de manifestarse y revelar Su reino al pueblo y cómo ellos pueden pertenecer a él.
1Aconteció que un día de reposo Jesús pasaba por unos sembrados, y Sus discípulos arrancaban y comían espigas, restregándolas entre las manos. 2Pero algunos de los fariseos dijeron: «¿Por qué hacen ustedes lo que no es lícito en el día de reposo?». 3Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando tuvo hambre, él y los que con él estaban; 4cómo entró en la casa de Dios, y tomó y comió los panes consagrados, que a nadie es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y dio también a sus compañeros?». 5También les decía: «El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo». 6Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. 7A fin de encontrar de qué acusar a Jesús, los escribas y los fariseos lo observaban atentamente para ver si sanaba en el día de reposo. 8Pero Él sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ven acá». Y él, levantándose, se puso de pie. 9Entonces Jesús les dijo: «Yo les pregunto: ¿es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal; salvar una vida o destruirla?». 10Después de mirarlos a todos a su alrededor, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Y él lo hizo así, y su mano quedó sana. 11Pero ellos se llenaron de ira, y discutían entre sí qué podrían hacerle a Jesús.
- Lucas 6:1-11
Observe que Lucas separa las instancias donde Jesús elige los Apóstoles con descripciones de Sus constantes enseñanzas y milagros junto con las reacciones del pueblo acerca de estos.
12En esos días Él se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.13Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles: 14Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo y Juan; Felipe y Bartolomé; 15Mateo y Tomás; Jacobo, hijo de Alfeo, y Simón, al que llamaban el Zelote; 16Judas, hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser traidor.
- Lucas 6:12-16
Nótese que Jesús oró antes de elegir a los 12 Apóstoles (Apóstol: uno escogido y enviado, ej. embajador). Él llamó a muchos discípulos, pero escogió solamente a 12. Su noche de oración fue de parte de ellos, Él era el Hijo de Dios y no necesitaba orientación en la elección de ellos. Sabía, sin embargo, de los desafíos que enfrentarían, y oró por su fidelidad y éxito.
Lecciones
Aunque estamos tocando el evangelio de Lucas como estudio general, solamente leyendo y destacando ciertos pasajes, la materia que hemos examinado contiene lecciones valiosas y prácticas para todos. Por ejemplo:
El Rechazo por los Líderes en la Sinagoga
Lección: Tenga cuidado con la complacencia espiritual.
Los líderes religiosos estaban tan apegados a sus tradiciones que rehusaron creer una verdad que contradecía sus ritos religiosos, aun cuando esta verdad fue apoyada por un milagro.
Déjanos siempre usar la palabra de Dios para establecer y perpetuar una práctica, no ideas humanas sobre lo que agradaría a Dios. Dios se agrada cuando obedecemos Su palabra.
Los Milagros no funcionan siempre
Lección: La confirmación más segura de la presencia de Dios o Su dirección es Su palabra confirmada, no milagros.
Jesús hizo muchos milagros (37) y, sin embargo, muchos lo rechazaron, incluyendo aquellos que presenciaron los milagros con sus propios ojos. Muchos creyentes basan su fe en cosas inusuales o "milagrosas" que han leído en libros religiosos populares o que han escuchado de otros, pero el poner atención a estos cuentos no es la manera de establecer o construir fe. "La fe viene de oír la palabra de Cristo" (Romanos 10:17). La manera más segura de aumentar la fe, de acuerdo con Dios, es leer, creer y obedecer Su palabra.
Jesús Sigue Llamando a Personas Hoy Día
Lección: Hasta el día de hoy Jesús sigue llamando a personas mediante la predicación del evangelio (Mateo 28:18-20), para que se salven por fe en Él y expresen esa fe al arrepentirse y bautizarse en Su nombre (Hechos 2:38). Jesús también llama a los cristianos al ministerio a) mediante Su palabra (lo cual describe la persona adecuada y la tarea o ministerio), b) mediante Su Espíritu (quien motiva el corazón del creyente hacia algún servicio), c) mediante la iglesia quien confirma y encomienda (capacita y designa) ministros, (ancianos, diáconos, evangelistas, y maestros) a Su servicio.
Preguntas de discusión
- Explique en tus propias palabras cómo el milagro de Jesús hizo que Pedro sintiera indigno.
- Comparte con la clase tus propias experiencias personales de lo que Jesús describió como "ningún profeta es recibido en su propia tierra."
- ¿Quién más te influenció de entrar en el ministerio y cuáles fueron las habilidades o cualidades de carácter que más te impactaron?
- En tu opinión, ¿cuál fue la mayor razón por el rechazo de Jesús por los
- ¿Fariseos?
- ¿Sacerdotes?
- ¿Pueblo judío?