Jesús el divino
En el capítulo anterior dije que el texto de Marcos está dividido en tres secciones principales:
- 1:1-13 – Presentación de Jesús como el Mesías Divino.
- 1:14-8:26 – Jesús comprueba Su divinidad mediante Sus enseñanzas y milagros.
- 8:27-16:20 – Jesús comprueba Su divinidad mediante Su muerte, sepultura y resurrección.
Un libro sencillo y directo, cuyo único propósito es presentar a Jesús como el divino Hijo de Dios y dejar con el lector una decisión que tomar basada en esta verdad.
Presentación de Jesús — 1:1-13
1Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
El autor empieza con una afirmación de la premisa, lo que va a demostrar, que Jesús es el Hijo de Dios.
2Como está escrito en el profeta Isaías:
He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino. 3Voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, haced derechas sus sendas».
El vínculo con el Antiguo Testamento es corto, no como el preámbulo de Mateo que traza la genealogía de Jesús desde Abraham hasta su padre terrenal, José. Marcos simplemente afirma que este Jesús es el Mesías de quien los profetas de la antigüedad habían hablado.
Estos versículos ayudan al lector determinar histórica y culturalmente quién es y de dónde viene este Jesús. En el Antiguo Testamento los profetas eran quienes predicaban y hablaban de Él para preparar a la gente por Su eventual llegada.
4Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 5Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. 6Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas y miel silvestre.
Él vincula estos profetas del Antiguo Testamento a un personaje en su propia generación, una persona de quien quizá habían oído, Juan el Bautista. Los profetas decían que antes de que llegara el Mesías llegaría una persona que anunciaría que la llegada del Mesías era inminente. Marcos dice que esta profecía fue cumplida cuando Juan el Bautista empezó a predicar. Se vestía como los profetas antiguos, vivía y trabajaba en el desierto, y predicaba un mensaje de arrepentimiento y preparación para la llegada del Mesías y Su reino.
7Y predicaba, diciendo: Tras mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, inclinándome, la correa de sus sandalias. 8Yo os bauticé con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo.
Dios ofreció perdón a todo quien recibió el bautismo de Juan porque al responder al mensaje del bautista, la gente estaba anticipando, mediante la fe, la obra redentora que Jesús había llegado a lograr por ellos con Su cruz. Para usar una frase conocida, al recibir el bautismo de Juan estaban mandando sus pecados hacia adelante a la cruz para recibir el perdón.
Juan el Bautista dijo que cuando Jesús venía, traería otras bendiciones que no serían entregadas por medio del bautismo con agua sino por medio del Espíritu Santo. Después en el Día de Pentecostés, Pedro predicaría que tanto el perdón y el don del Espíritu Santo (Su morada en cada creyente) será recibido mediante el bautismo en agua (Hechos 2:38). Sin embargo, el poder para vencer al pecado (Romanos 8:13), el poder para hacer milagros (Hechos 19:6), el poder para ministrar (1 Corintios 12:11), y el poder para resucitar y vivir eternamente (Romanos 8:11), todos estos nos son transferidos mediante el Espíritu Santo.
Jesús nos circuncisa (bautiza) con el Espíritu Santo al predicarnos la Palabra (Juan 6:63), mandándolo a morar dentro de nosotros (Hechos 2:38), y nos sella (para garantizar nuestra autenticidad) con Él (Efesios 1:13).
9Y sucedió en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma descendía sobre Él;
¿Por qué se bautizó Jesús?
13Entonces Jesús llegó de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió.
- Mateo 3:13-15
Juan bautizó a todos quienes se estaban preparando para la llegada del reino de Dios. Esta acción era un testimonio de su fe y su rechazo del pecado. Jesús estaba entrando al escenario mundial para establecer Su reino. Su bautismo era un testimonio de Su propia fe en conexión con el reino. Sin embargo, no era una separación o rechazo de Su pecado ya que Él no tenía pecados. Su bautismo significaba Su separación de Su familia y el mundo para poder dedicarse cien por ciento a Su ministerio. El bautismo de Jesús también señala el principio de Su ministerio público y la finalización de Su vida privada. Su bautismo legitima y bendice cada uno de los bautismos de Juan.
11y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.
Juan destaca a Jesús como Aquel de quien se había profetizado, Aquel que venía. Ahora la Deidad da testimonio de esto ya que cada persona de la Trinidad está representada aquí:
- El Padre habla – "amado" por quién Él es, lo que hará y cómo afectará a otros.
- El Hijo es el encarnado; es visible como Jesús.
- El Espíritu Santo aparece como una paloma.
Este es la única vez en la Biblia que los tres aparecen y se manifiestan al mismo tiempo y en el mismo lugar.
12Enseguida el Espíritu le impulsó a ir al desierto. 13Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.
En cuanto a la tentación de Jesús en el desierto, Mateo (Mateo 4:1) nos dice que Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu por 40 días y noches para ser tentado por el diablo. Lucas (Lucas 4:1-2) dice que estaba siendo tentado constantemente en el desierto. Las fieras serían espíritus malignos.
La palabra "tentar" significa poner a prueba o examinar, no solo seducir. Satanás examinó a Jesús en cuanto al pecado. Jesús, el Hijo de Dios, no podía fallar en Su resistencia al pecado, pero tenía que experimentar el sufrimiento que acompaña la prueba. Fue puesto a prueba/examinado tal como nosotros (Hebreos 4:15).
La Prueba Física:
- Cuarenta días y noches en el desierto
- Hambre y debilidad
- Soledad
- Animales
La Prueba Moral:
- La confrontación con Satanás
Una pregunta que surge de este episodio es la siguiente: "Si Jesús no podía fallar, ¿por qué ponerlo a prueba?" El autor del libro de Hebreos aborda esta pregunta diciendo que para que Jesús llegara a ser nuestro Sumo Sacerdote o nuestro intermediario, era necesario que experimentara las pruebas y sufrimientos humanos, una de los cuales fue Su tentación en el desierto (Hebreos 4:14-16). Debido a Sus experiencias humanas, Jesús podía entonces ser el representante perfecto del hombre ante Dios. En virtud de Su naturaleza divina, podía presentarse ante Dios; en virtud de Su falta de pecado, podía ofrecer el sacrificio perfecto; en virtud de Sus experiencias humanas, podía simpatizar perfectamente con los problemas del hombre.
El propósito de la prueba no era comprobar que podía pasarla, el propósito de la prueba era permitir que experimentara la prueba para que pudiera representar y simpatizar con seres humanos débiles que enfrentan pruebas similares.
13by estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.
Dios le ministró después de la prueba:
- Comida – Sufrió los efectos físicos de esta experiencia.
- Ángeles – Sufrió emocional y espiritualmente también y requirió de la compañía de otros seres quienes entendían Su doble naturaleza y la prueba que acaba de sufrir. En este momento no había ningún ser humano que podía ofrecer este tipo de consuelo.
La tentación de Jesús nos brinda varias buenas lecciones en nuestro caminar cristiano:
- Somos especialmente vulnerables después de una cima espiritual/física/emocional. El bautismo de Jesús era una cima en Su vida y las tentaciones llegaron justo después. Necesitamos recordar que la arrogancia siempre es el peligro que sigue un gran éxito.
- También somos vulnerables a la tentación cuando estamos enfermos, cansados y sufriendo, tal como Jesús estaba débil por el ayuno. Observe que el diablo reservó su ataque más poderoso para el final del ayuno cuando estaba más débil y no al principio.
- Cuando estamos puestos a prueba, necesitamos depender inmediatamente de Dios y Su Palabra por ayuda y seguridad. No debemos confiar exclusivamente en nuestra propia sabiduría (1 Corintios 10:13). Jesús proveerá la manera de salir de la tentación si le pedimos ayuda.
- Jesús se preparó para Su ministerio mediante la prueba y el sufrimiento, y así nosotros también. No debemos enojarnos o ser impacientes o desilusionarnos cuando las cosas no resultan como queremos. Necesitamos darle el tiempo a las pruebas en nuestras vidas para cumplir el propósito que tienen de ayudarnos a llegar a ser perfectos en Cristo. Muchas veces es necesario pasar por las pruebas para mostrar la calidad de nuestra fe (1 Pedro 5:6-7).
- Dios proveerá por ti durante y después de la prueba si te apoyas en Él (1 Pedro 5:8).
Marcos empieza presentando a Jesús con unos pocos versículos e inmediatamente lo establece como un ser divino:
- Él llega de acuerdo con la profecía.
- En Su bautismo hay una señal sobrenatural de Su identidad.
- En el desierto demuestra Su poder sobre el pecado y el diablo.
- Recibe Su ministerio y tiene comunión con ángeles.
A esta altura de la lectura no hay duda en la mente del lector sobre lo que Marcos está diciendo de Jesús: Él es Divino.
La divinidad de Jesús comprobada por medio de milagros y enseñanzas
Jesús establece Su autoridad divina al anunciar el momento y los términos de la salvación del hombre. Después de todo, ¿quién tendría el derecho de hacer esto, sino Dios?
14Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, 15y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.
Juan predicaba, "Prepárense, la hora está cerca." Jesús predicaba, "La hora ha llegado." El término "cumplido" se refiere a un vaso que se ha llenado hasta el borde. Jesús empieza Su ministerio público después del encarcelamiento de Juan.
La esencia de Su mensaje era, "El reino de Dios ha llegado, es la hora de la salvación." La reacción de las personas hacia Él y Su mensaje en ese entonces: creencia (v. 15), arrepentimiento (v. 15, bautismo (Juan 4:1-2).
Hoy día el mensaje es más completo y tiene más detalles, pero esencialmente es el mismo, "Ahora es la hora de la salvación." La respuesta es básicamente igual también: creencia (Marcos 16:16), arrepentimiento (Hechos 2:38), bautismo (Hechos 2:38).
Jesús afirma Su autoridad al anunciar que la salvación está cerca, y también al establecer la respuesta apropiada para recibir dicha salvación (fe, arrepentimiento, bautismo).
16Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores. 17Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. 18Y dejando al instante las redes, le siguieron. 19Yendo un poco más adelante vio a Jacobo, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes. 20Y al instante los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.
Acuérdese que Marcos está registrando los recuerdos de Pedro sobre su vida con Jesús. Aquí brevemente describe su propio llamamiento junto con el de su hermano, como también el de los otros pescadores locales que fueron llamados por el Señor. Jesús hacía Su llamado en etapas. Vemos esto en la experiencia de Pedro. Lo que describe Marcos no era el primer contacto que Pedro tuvo con el Señor. Había diferentes etapas en el llamado de Jesús:
1. Llamado general al discipulado (Juan 1:35-42)
- Su primer contacto con Jesús ocurrió mientras él y sus hermanos eran discípulos de Juan.
- Jesús empieza a enseñarles personalmente, Sus primeros discípulos.
2. Jesús lo llama a un ministerio específico (Marcos 1:17)
- El verbo "seguir" significa seguir cercanamente con el deseo de averiguar; hacer una búsqueda.
- En un principio siguió para recibir edificación y enseñanza, ahora Jesús le invita a Pedro a buscarlo, a averiguar quién es realmente.
- Al buscar y descubrir quién es Jesús (divino), se convertirá en un "pescador de hombres". Pedro y los demás querrán contarles a otros sobre la divinidad de Jesús, y así lo hicieron.
3. Jesús confirma Su llamado (Lucas 5:1-11)
- Jesús obra un milagro en el propio barco de Pedro, y esto provoca una confesión de fe en la divinidad de Jesús (lo llama Señor).
- En este momento no solo dejan sus barcos, sino dejan todo para seguirlo a Él.
Algunos siguen a Jesús porque Sus enseñanzas son buenas, otros siguen porque son simples seguidores y Jesús es tan buen o mejor líder que otro. Los apóstoles y todos los discípulos después de ellos siguen a Jesús porque han llegado a la creencia de que Él es el divino Hijo de Dios quien tiene poder.
Aquí empieza la sección donde Jesús demostrará Su divinidad mediante una serie de enseñanzas y milagros. Marcos alterna entre estos dos aspectos en su narrativa de la vida de Jesús.
Enseñanza
21Entraron en Capernaúm; y enseguida, en el día de reposo entrando Jesús en la sinagoga comenzó a enseñar. 22Y se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Su enseñanza en la sinagoga era básicamente el tema encontrado en el versículo 15. Marcos registra la reacción: asombro, lo que significa ser impactado por lo extraordinario o inesperado. Este siempre era el efecto de Su enseñanza (Mateo 7:28, el sermón del monte; Juan 7:46, los soldados no pudieron arrestarlo porque estaban asombrados).
No estaban asombrados de Su estilo o forma de hablar, sino estaban asombrados por el contenido de Su mensaje y por el hecho de que enseñaba con el poder de autoridad (Él sabía de lo que hablaba). El estilo de los rabíes era de discutir citando a otros rabíes para insistir en su punto de vista (p. ej. ¿realmente es pecaminoso cargar dos palos en el día de reposo?) Jesús traía un entendimiento más alto, más profundo y verdadero así que hablaba con poder y autoridad.
Milagros — 1:23-45
La enseñanza poderosa es seguida por una demostración de cinco milagros poderosos.
Reprende a un espíritu inmundo
23Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, 24diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. 25Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él. 27Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! Él manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen. 28Y enseguida su fama se extendió por todas partes, por toda la región alrededor de Galilea.
Un espíritu inmundo es un demonio, uno impuro. El espíritu habla; el hombre es controlado por el espíritu. Este episodio nos da un entendimiento sobre los demonios: tienen personalidad – se expresó, son inteligentes – conocía de Jesús, tienen poder – el hombre estaba bajo su control, tienen una voluntad – quería algo.
Jesús se niega a aceptar su testimonio porque los demonios no son dignos de testificar de Jesús. Si permitiese que testificaran sobre Él confundiría a la gente sobre quién es Jesús (no es el líder de los demonios).
Con un solo mandato este demonio sale. No hay encantaciones, pociones, luces, gritos, manipulaciones, negociaciones (dar u ofrecer algo a Dios para destruirlo). Jesús simplemente manda con autoridad y el demonio obedece sin pelea ni palabra.
La gente se asombra, la misma reacción que tuvieron cuando escucharon Su enseñanza. Están asombrados porque Él enseña con poder (la verdad expresada completamente), y derrota al más feroz demonio con solamente una orden.
Sana la suegra de Pedro
29Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga, fueron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. 30Y la suegra de Simón yacía enferma con fiebre; y enseguida le hablaron de ella. 31Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.
Pedro es un hombre casado (1 Corintios 9:5). La mujer que estaba enferma es sanada inmediatamente y empieza a servirles. Esto demuestra una sanación completa instantánea (es suficiente sana para inmediatamente empezar a servir a los huéspedes en su casa).
Sana a todos quienes llegan a la casa de Pedro
32A la caída de la tarde, después de la puesta del sol, le trajeron todos los que estaban enfermos y los endemoniados. 33Y toda la ciudad se había amontonado a la puerta. 34Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era Él.
Esta es una breve descripción del gran número de milagros de sanación. Jesús se retira a orar para restaurar Su energía espiritual. El ministerio usa energía y la oración lo repone, es una buena lección tanto para los apóstoles en aquel entonces como los ministros de hoy día.
Combinación de enseñanzas y milagros confirmadores
35Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba. 36Y Simón y sus compañeros salieron a buscarle; 37le encontraron y le dijeron: Todos te buscan. 38Y Él les dijo: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique también allí, porque para eso he venido. 39Y fue por toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando demonios.
Las enseñanzas de Jesús establecen Su identidad y mandamientos, Sus milagros confirman Su autoridad y poder. Aparentemente, la posesión demoníaca era un gran problema en ese entonces y uno que tenía a todos confundidos, Jesús usa esto para demostrar Su poder.
Sanación del leproso
40Y vino a Él un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo: Quiero; sé limpio. 42Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio. 43Entonces Jesús lo amonestó severamente y enseguida lo despidió, 44y le dijo: Mira, no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos. 45Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente y a divulgar el hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a Él de todas partes.
La lepra era una enfermedad miserable. Era debilitante físicamente ya que quien sufría de tal enfermedad se deterioraba por etapas en que la piel y partes del cuerpo desarrollarían llagas, se secarían, e incluso perderían partes del cuerpo. Era devastador socialmente también. Los leprosos no podían entrar al templo, vivían sus vidas enteras en cuarentena y tenían que poner sus manos en la boca y gritar, "impuro" cuando entraban en espacios públicos.
Este leproso tenía gran fe en el poder de Jesús y entonces vino a Jesús para ser sanado. Jesús lo tocó (lo que no se permitía) y el hombre fue sanado. Jesús no solo curó su enfermedad, pero también sanó su autoestima.
Jesús le dice que debe confirmar su sanación y certificarla por los sacerdotes antes de revelar cómo sucedió (de acuerdo con lo que dictaba la Ley para una sanación de esta enfermedad, Levítico 14:2). Los sacerdotes fueron los encargados de verificar la sanación antes de permitir que el sanado volviese a la sociedad normal. Haciendo esto también proveería un testimonio de la legitimidad de la sanación y milagro de Jesús.
El hombre estaba tan emocionado que no pudo esperar y empezó a contar lo que le había pasado lo que causó tanto alboroto en la gente que Jesús no podía entrar a los pueblos sin que le rodearan la gente. Como resultado de este milagro Jesús se establece como uno que hablaba con autoridad y demostraba poder. El pueblo ahora se acercaba a Él para ver lo que hacía y escuchar lo que decía.
En las próximas secciones veremos que Jesús continúa con esta demostración, pero veremos que ahora la oposición a Él crecerá y empezará a atacarlo.