Entrega
Hemos dicho que nuestro objetivo principal es llegar a ser más parecidos a Cristo: este es el "nuevo tú" que buscamos con estas sesiones. Esta búsqueda requiere que desarrollemos ciertas disciplinas espirituales que hemos estado estudiando. Hasta ahora hemos analizado:
- La intimidad: desarrollar un caminar más cercano con Dios.
- La sencillez: eliminar y reordenar aquellas cosas que tienden a estropear nuestra intimidad con Dios.
- El silencio y la solitud: aprender a estar quietos y escuchar o sentir lo que Dios dice una vez nos separamos del mundo para acercarnos a Él.
Una de las disciplinas más difíciles de aprender es la quinta de la serie y la que veremos en esta sesión: la disciplina de la entrega.
Entrega
Así que, ¿qué significa entregarse a Dios? Liberar nuestro control o aferramiento a nuestros derechos, planes, sueños y ponerlos en las manos de Dios. Por ejemplo, no mi voluntad, sino la tuya. No mi plan, sueño, derechos, sino que se hagan Tus planes, visiones, justicia.
La entrega es la disciplina más difícil porque va en contra de nuestro impulso más poderoso: el interés propio. Así que, ¿cómo logramos rendimos realmente a Dios? ¿Qué método usamos para lograr esto?
1. Estudiar a Cristo
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
- Hebreos 12:2
Necesitamos estudiar Su vida no solo para conocer los hechos acerca de ella, sino más bien para imitarlo. Pablo nos da información práctica sobre algunas cosas requeridas para la disciplina de la entrega:
3Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, 4no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. 5Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,
- Filipenses 2:3-5
Nota 4 cosas:
- No hagas nada por egoísmo o vanidad. (vs. 3)
- Con humildad, alza a los demás antes que a sí mismo. ¿Como hacer esto? Escucha en lugar de hablar. (vs. 3)
- No solo te preocupes por ti mismo. (vs. 4)
- Busca los intereses de los demás. (vs. 4)
Estas son cosas que Jesús hizo como modelo de entrega por nosotros.
5Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
- Filipenses 2:5-11
- Soltó el agarre de Su posición.
- Se despojó de su poder.
- Se convirtió no solo en un hombre, sino en un pobre y humilde servidor de un hombre.
- Aceptó una muerte cruel e inmerecida: una entrega total.
Y así, el primer paso hacia la entrega es el estudio y la imitación de Aquel que lo logró de manera perfecta.
... así que estudiaremos a Cristo, y luego ...
2. Compararnos nosotros mismos con Cristo
¿Qué significa compararnos con Él y cómo cultivar la entrega dentro de nosotros mismos?
Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón.
- Hebreos 12:3
La próxima vez que te sientas injustamente criticado, te sientas desanimado por tu carga, tengas miedo de renunciar a algo agradable y cómodo, piensa en Él y compara tu situación con la Suya. En otras palabras, mantén a Jesús como tu estándar. Todos los demás ejemplos humanos están impulsados por el instinto de sobrevivir. Solo Jesús modeló la sumisión perfecta. Mientras nosotros y otros buscamos preservar nuestras vidas, Él vino a entregar la Suya.
Cuando comparamos nuestras vidas con la de Él (no con las nuestras, ni los la de los deportistas u otros héroes) e imitamos Su vida ... Cuando hacemos esto, nos da fuerza para seguir con nuestras propias vidas cristianas incluso cuando nos cansamos.
3. Dejarlo ir
Liberar tu control sobre las cosas que deseas poseer o controlar te libera para estar en sumisión a Dios. Es el esfuerzo por "aferrarte fuertemente" a tu vida y a sus bienes lo que te agota y te esclaviza. Deja ir estas cosas sometiéndolas a Dios es lo que nos libera.
24En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto. 25El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna.
- Juan 12: 24-25
La verdadera vida (libertad) solo puede encontrarse en sumisión a Dios. La pregunta, por tanto, es: "¿Cómo soltar, cómo hacerlo en términos prácticos?"
5Confía en el Señor con todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propio entendimiento.
6Reconócele en todos tus caminos,
y Él enderezará tus sendas.
7No seas sabio a tus propios ojos,
teme al Señor y apártate del mal.
8Será medicina para tu cuerpo
y refrigerio para tus huesos.
- Proverbios 3:5-8
Maneras prácticas de dejar ir / entregarse
1. Deja ir tus posesiones
Reconoce ante Dios en oración que todo lo que tienes en realidad le pertenece a él, eres solo un administrador.
2. Deja ir tu deseo de un puesto
Libera tu hambre de reconocimiento, beneficios y ventajas para Dios. Empieza a encontrar tu seguridad, valor e identidad solo en Él.
3. Deja ir tus planes
Por supuesto, tenemos que hacer planes, pero estar preparados y ser pacientes cuando Dios los cambie. No enojarse o desanimarse cuando se cambian los planes es una forma clara y sincera de demostrar que hemos dejado de controlar nuestros planes.
4. Deja ir a tu gente
Disfruta de su familia y amigos, pero ten en cuenta que son solo temporales. Entrégalos a Dios, junto con tus esperanzas para ellos. Transfiere la responsabilidad de sus vidas y su felicidad a Dios.
Las recompensas de la entrega son las sorpresas que Dios tiene reservadas para ti cuando te rindes a Él. Cuanto mayor es la lucha por entregarse, mayor es la sorpresa.
Preguntas de discusión
- En una escala del 1 (muy relajado) al 10 (muy controlador), ¿dónde estarías posicionado? ¿Qué efectos positivos / negativos ha tenido esto en tu vida?
- ¿Cuál sería el equivalente de "Jesús se despojó de sí mismo" para ti? ¿Qué significaría vaciarte en tu vida?
- ¿En qué te pareces más / menos a Cristo?
- Describe a una persona que conozcas que se parezca más a Cristo y qué rasgo admiras más de ella.
- ¿Qué crees que quiere decir Mike cuando dice: "Cuanto mayor es la lucha por entregarse, mayor es la sorpresa"?