Capacitación avanzada
En su evangelio, Marcos cuenta la historia en tres niveles distintos simultáneamente.
- Está la historia de Jesús predicando, enseñando y obrando milagros para las multitudes (por ejemplo, la alimentación de los 4.000).
- También describe las confrontaciones continuas con los líderes religiosos de los judíos.
- Y finalmente demuestra la enseñanza y la capacitación de Sus discípulos para llevarlos a tener fe y a entender Su misión.
Al ir de capítulo en capítulo vemos a Jesús trabajando en cada uno de estos objetivos. Cuando terminamos en el capítulo 8, Jesús había traído a los apóstoles al punto de reconocer su fe en Él como el Mesías. En los últimos versículos les explicó lo que significaba ser discípulo de Él y qué requería de ellos.
En el capítulo 9 continuará en modo de capacitación, pero también empezará a ampliar su entendimiento de quien es Él y la naturaleza de Su misión.
Enseñando a los apóstoles — 9:1-50
Enseñanza sobre el reino:
1Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.
Jesús profetiza sobre algo que no entienden en este momento pero que más tarde tendrá sentido. La profecía era que algunos de ellos verían el reino llegar con poder. La palabra que Jesús usó que se traduce "reino" significaba "soberanía o gobernación". La idea era que dondequiera se acepta la soberanía de Dios y se lleva a cabo Su voluntad, allí existe el reino también.
Usando esta definición podemos decir que el reino existe en la tierra dondequiera se encuentra el pueblo de Dios haciendo Su voluntad. En Marcos 9:7 Jesús declara que la voluntad de Dios es que creamos y obedezcamos a Jesucristo, por ende, el reino de Dios está compuesto de quienes creen en y obedecen a Jesús. Estas personas se conocen comúnmente como la iglesia, la iglesia que pertenece a Cristo.
Hay tres ideas principales que han sido propuestas para explicar cómo se ha cumplido esta profecía:
- El reino se establecerá cuando venga Jesús al fin del mundo.
- Esto no sería posible ya que todos los apóstoles han fallecido y Jesús dijo que algunos estarían vivos para ver la llegada del reino.
- El reino se estableció cuando la ciudad de Jerusalén y la nación de Israel se destruyeron en el año 70 d. C.
- La destrucción de la ciudad de Jerusalén y el templo en el año 70 d. C. por el ejército romano era el juicio de Dios sobre la nación judía por haber rechazado a su Mesías, y no el comienzo de algo. Esto era el cumplimiento de una profecía de Jesús (Mateo 24:1-44), pero no el cumplimiento de las que está diciendo aquí sobre el reino.
- El reino se estableció cuando Pedro predicó el evangelio por primera vez el domingo de Pentecostés en Jerusalén después de la ascensión de Jesús al cielo (Hechos 2:1-42).
- Todos salvo Judas estaban vivos.
- El poder del Espíritu Santo fue derramado sobre los apóstoles.
- Se estaba cumpliendo la voluntad de Dios con la prédica del evangelio.
- Fue el comienzo de la iglesia ya que se bautizaron 3.000 personas y fueron añadidas a la iglesia/el reino.
- Los apóstoles vieron todo esto con sus propios ojos.
Jesús, mediante una profecía, les dice que verán el comienzo del reino de Dios en la tierra, y así fue el domingo de Pentecostés cuando se estableció la iglesia en Jerusalén como resultado de la prédica de Pedro y la respuesta de miles de personas.
Enseñanza sobre su deidad y autoridad - 9:2-8
2Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos;
Jesús lleva a Sus tres apóstoles más íntimos al monte donde será transfigurado. La ley judía requería de dos testigos para confirmar un hecho, Jesús lleva a tres para testificar sobre esta transformación.
La palabra griega traducida "transfigurado" es "metamorfosis". Significaba que algo o alguien es cambiado a otra forma (p. ej. una oruga a una mariposa). Esta palabra se usó no solo porque la apariencia de Jesús cambió, sino Él mismo fue cambiado. En Lucas 9:29 el autor dice que cambió Su cara.
3y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, muy blancas, tal como ningún lavandero sobre la tierra las puede emblanquecer.
Marcos informa que la ropa de Jesús resplandecía. Ambos Pedro y Juan recuerdan esta experiencia más adelante en sus escritos (2 Pedro 1:16; Apocalipsis 21:23). Es interesante observar que la luz siempre está presente en los encuentros con Dios.
- Moisés: su propia cara brilló después de hablar con Dios (Éxodo 34:29-35).
- Pablo: una luz lo rodeó cuando Jesús le habló (Hechos 22:6)
- Mateo: la apariencia de Jesús en Su resurrección era como relámpago (Mateo 28:3).
Los apóstoles vieron Su naturaleza divina resplandecer a través de Su carne. Normalmente Jesús demostraba Su divinidad mediante milagros y enseñanzas; en este caso especial les permitió ver una medida de su naturaleza glorificada.
4Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Jesús.
Uno de los ataques principales de los judíos en contra del cristianismo era que no podía ser el cumplimiento de la religión judía porque violaba la Ley (p.ej. colgaron a Jesús en un árbol, Deuteronomio 21:23) y los Profetas (p. ej. los profetas no mencionaron que el Mesías saldría de Galilea, Juan 7:41-43). La aparición de Moisés (quien dio la ley a los judíos) y Elías (un profeta mayor respetado por la nación judía) confirmó que la llegada de Jesús y el establecimiento del reino (la iglesia) estaban en concordancia con ambos la Ley y los Profetas. En su evangelio Lucas dice que Jesús, Moisés y Elías hablaron de Su crucifixión inminente (Lucas 9:31). Esto apoya la idea de que Su muerte estaba conforme con ambos la Ley y los Profetas.
5Entonces Pedro, interviniendo, dijo a Jesús: Rabí, bueno es estarnos aquí; hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. 6Porque él no sabía qué decir, pues estaban aterrados.
Pedro no sabe qué hacer porque está pasmado de la visión celestial delante suyo. Él dice, "Es bueno que estamos aquí" queriendo decir que esta experiencia es lo máximo, así que ofrece construir albergues para los tres. Por supuesto, esto es una tontería porque son seres celestiales, pero no sabe qué más decir. Algunos sugieren que Pedro quería construir altares para adorar a los tres, pero la palabra para un altar de adoración es diferente a la palabra para albergues o enramadas usada en este pasaje.
7Entonces se formó una nube, cubriéndolos, y una voz salió de la nube: Este es mi Hijo amado; a Él oíd. 8Y enseguida miraron en derredor, pero ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
La voz de Dios se hace presente en una nube y significa que, a pesar de la aparición de Moisés y Elías, los apóstoles deben solamente obedecer a Jesús, Su Hijo amado.
Esta escena entera es confirmación de la posición de Jesús sobre y según la Ley y los Profetas, de los cuales Él era la encarnación perfecta habiendo tomado la naturaleza humana para vivir, morir y resucitar como el Mesías judío y Salvador del mundo.
Enseñanza sobre el mesías
9Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. 10Y se guardaron para sí lo dicho, discutiendo entre sí qué significaría resucitar de entre los muertos. 11Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero? 12Y Él les dijo: Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará todas las cosas. Y, sin embargo, ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre que padezca mucho y sea despreciado? 13Pero yo os digo que Elías ya ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él.
En los versículos del 9-13 vemos que los apóstoles se están esforzando por reconciliar su concepto del Mesías con lo que Jesús les está enseñando. El Antiguo Testamento decía que un profeta como Elías vendría antes que el Mesías, y se preguntaban si su visión de Elías era el cumplimiento de esa profecía (Malaquías 4:5-6). Jesús confirma que la profecía ya se había cumplido, pero no por esta visión, sino por la aparición de Juan el Bautista. Juan era el profeto mandado a preparar el camino para el Mesías, y Jesús les recuerda del rechazo y muerte que Juan sufrió a mano de Herodes, un rechazo y muerte que Él también experimentará en el futuro cercano.
El concepto del Mesías que el pueblo judío tenía en ese entonces era equivocado y Jesús estaba intentando corregir sus ideas erróneas. Su visión del Mesías era muy diferente de lo que Jesús les estaba enseñando y de lo que el Antiguo Testamento en realidad decía de esta persona. El término "mesías" significaba "el ungido". En el Antiguo Testamento, los sacerdotes y reyes eran "los ungidos" (individuos seleccionados o apartados por Dios para tareas especiales). Por ejemplo, Sansón, Saulo y David fueron "ungidos". Cuando se escribió el Nuevo Testamento en el lenguaje griego se usó el término "Cristo" para la palabra mesías o ungido.
Durante el tiempo en que Jesús estaba en la tierra las personas creían que un descendiente real del Rey David, el rey judío más dinámico y poderoso, vendría a salvar a Israel del dominio romano, proveería abundantemente, y reestablecería a Israel como una nación de poder. Creían firmemente que el Mesías traería paz e Israel gozaría de nuevo de sus días de "gloria".
A través de la historia el pueblo judío ha tenido varias ideas sobre su Mesías, incluso hasta hoy día. Por ejemplo:
- Judíos ortodoxos: aún esperan que una persona llegue como el Mesías.
- Judíos conservadores: este grupo también cree en un Mesías personal que vendrá.
- Judíos reformados: ellos creen que el pueblo judío, como un grupo, representan la noción del Mesías y así eventualmente traerán la paz y una edad de oro y prosperidad al mundo en que ellos liderarán. También creen que sus buenas obras son una bendición para el mundo.
- El movimiento sionista: una organización política con una visión que cree que el terreno descrito en el Antiguo Testamento les pertenece por derecho divino. Esta tierra les fue entregada en 1947 al final de la Segunda Guerra Mundial con la ayuda de Gran Bretaña y otros poderes mundiales.
Jesús se revela como el Mesías según la descripción de esta persona encontrada en el Antiguo Testamento. El Mesías:
- Los libraría del pecado y culpa.
- Retomaría para ellos el derecho de entrar al cielo y tener una relación con Dios.
- Proveería una tranquilidad duradera.
- Lograría todo esto, no por medios políticos o militares, sino mediante Su muerte en la cruz y resurrección.
En la siguiente sección Jesús continúa revelando paulatinamente Su verdadera identidad a Sus apóstoles elegidos.
Enseñanza sobre poder
14Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. 15Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia Él, le saludaban. 16Y Él les preguntó: ¿Qué discutís con ellos? 17Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi hijo que tiene un espíritu mudo, 18y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. 19Respondiéndoles Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo! 20Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y este, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez. 22Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. 23Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?». Todas las cosas son posibles para el que cree. 24Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. 25Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. 26Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: ¡Está muerto! 27Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie. 28Cuando entró Jesús en la casa, sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 29Y Él les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración.
30Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y Él no quería que nadie lo supiera. 31Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará. 32Pero ellos no entendían lo que decía, y tenían miedo de preguntarle.
33Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino? 34Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor. 35Sentándose, llamó a los doce y les dijo: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos. 36Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo: 37El que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.
38Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. 39Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. 40Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está. 41Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa. 42Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar. 43Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible, 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 45Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno, 46donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 47Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 49Porque todos serán salados con fuego. 50La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.
Este pasaje empieza con un milagro y termina con un comentario de Jesús sobre la fuente de poder espiritual.
La historia del milagro es lo siguiente:
- Un hombre lleva a su hijo endemoniado a los apóstoles para que lo sanen mientras el público observa.
- Ellos fallan en su intento de sanarlo y empiezan a discutir con los escribas.
- Jesús vuelve con los tres apóstoles que lo habían acompañado al monte.
- Él conversa de la situación con el padre del muchacho y lamenta la falta de fe de todos por lo que el padre pronuncia su plegaria desesperada, "Creo; ayúdame en mi incredulidad."
- El Señor echa fuera el demonio y sana al muchacho, y entonces conversa con los apóstoles de lo acontecido.
- La pregunta clave que le hacen después, "¿Por qué no fueron los apóstoles capaces de echar fuera al demonio?"
Jesús les da tres razones por las cuales no pudieron sanar a este muchacho:
1. La falta de fe del padre
- El padre no llevó a su hijo a Jesús por su fe en Él. Sus acciones se basaban en la necesidad de buscar alivio para el sufrimiento de su hijo. Estaba dispuesto intentar lo que sea, incluso llevarlo a los seguidores del joven rabí (Jesús) de quien todos hablaban.
- Después de que los apóstoles fracasaron, preguntó si Jesús podía expulsar al demonio, revelando así sus dudas.
- El obstáculo a la sanación no era la enfermedad misma sino la debilidad de la fe del padre. Él necesitaba reconocer su propia necesidad primero (la necesidad de crecer en su fe) antes de que Jesús pudiese abordar la necesidad del niño.
Jesús no requería que la gente creyera en Él para obrar milagros (p. ej. alimentación de los 5.000, Marcos 6:30-44). Sin embargo, en este caso quería ministrar tanto al padre como al hijo. Si los apóstoles hubiesen sanado al muchacho, el padre habría salido sin creer. Jesús llevó al hombre a confesar su propia necesidad y no solo la necesidad de su hijo. De esta manera ambos serían bendecidos por su fe en Jesús confirmada por la sanación milagrosa.
2. La falta de oración
Los apóstoles creían en Jesús, pero a diferencia de Él no estaban completamente guiados por la voluntad de Dios. Jesús obraba milagros en acuerdo con la voluntad de Dios, no según la necesidad del momento o la presión de la multitud.
Jesús les dijo que este demonio solo saldría con ayuno y oración. No quería decir que un cierto tipo de oración afectaría a este demonio de una manera particular. Estaba explicando que la oración junto con el ayuno les ayudaría a discernir la voluntad de Dios con más claridad, y haciendo esto tal vez hubiesen sabido qué hacer en tal situación (p. ej. tal vez habrían sido dado el entendimiento sobre la necesidad del padre antes de ministrar al hijo).
3. La falta de humildad
En la última sección del capítulo vemos a Jesús enseñándoles sobre eventos claves que están por ocurrir que señalarían el fin de Su misión en la tierra, Su muerte y resurrección. Claramente mostraron que no entendían lo que estaba por pasar y la razón que faltaban entendimiento y el poder que esto les daría, era por su arrogancia. Jesús revela que habían estado discutiendo sobre quien era el mayor y quien entre ellos tenía la posición más alta. Quizá los tres que habían visto Su transfiguración se estaban sintiendo superiores después de su experiencia en el monte. Jesús les enseña que los mayores en Su reino tienen la inocencia de un niño, el corazón de un siervo, y la vida santa de un discípulo obediente.
El sexo, dinero, poder — 10:1-52
Este próximo capítulo contiene las enseñanzas adicionales que abordan los temas más prácticos del sexo, dinero, poder y cómo los "religiosos" de la época malentendían estas cosas.
El sexo
1Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron de nuevo las multitudes junto a Él, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba. 2Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle a prueba, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer. 3Y respondiendo Él, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4Y ellos dijeron: Moisés permitió al hombre escribir carta de divorcio y repudiarla. 5Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento. 6Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra. 7Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, 8y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. 9Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. 10Y ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre esto. 11Y Él les dijo: Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; 12y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
En esa época muchos rabíes enseñaban que la rotura repetida de matrimonios por cualquier y toda razón era aceptable si uno seguía los procedimientos legales del divorcio. A causa de esta enseñanza, muchos hombres judíos (las mujeres judías no podían legalmente iniciar un divorcio) estaban usando esta excusa legal para encubrir su lujuria sexual y falta de compromiso hacia sus parejas matrimoniales. Por ejemplo, cuando un hombre se cansaba de su esposa o deseaba a otra, simplemente la divorciaría usando cualquier excusa (p. ej. no le gustaba como cocinaba, ella no lo satisfacía sexualmente, etc.) y se casaría con otra mujer afirmando su completa inocencia porque había actuado según la ley.
Jesús enseñó que Dios fue quien determinó la ley original sobre el matrimonio y que Sus leyes superan las leyes humanas. El sexo fue creado como una expresión de amor entre un hombre y una mujer dentro del contexto del matrimonio y el matrimonio era un compromiso de por vida. Solo se podía romper legalmente por la muerte o por la infidelidad sexual de uno de los dos (Mateo 19:9).
13Y le traían niños para que los tocara; y los discípulos los reprendieron. 14Pero cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como estos es el reino de Dios. 15En verdad os digo: el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16Y tomándolos en sus brazos, los bendecía, poniendo las manos sobre ellos.
Al bendecir a los niños que se acercaron a Él inmediatamente después de esta enseñanza no solo confirmaba el propósito principal del matrimonio, sino también indicaba la actitud que se necesitaba para recibir Su enseñanza sobre este y otros temas. Niños inocentes confían y obedecen sin rebeldía o hipocresía, actitudes que faltaban entre los líderes judíos quienes lo desafiaban cada vez que se les presentaba la oportunidad.
El dinero
17Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. 19Tú sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre». 20Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 22Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
23Jesús, mirando en derredor, dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios! 24Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! 25Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios. 26Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí: ¿Y quién podrá salvarse? 27Mirándolos Jesús, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios. 28Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. 29Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, 30que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna. 31Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.
32E iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; y estaban perplejos, y los que le seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 33He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles. 34Y se burlarán de Él y le escupirán, le azotarán y le matarán, y tres días después resucitará.
Los judíos igualaban la riqueza con la bendición. En su opinión un hombre era rico porque tenía el favor de Dios, y a la inversa el pobre y débil era así por su pecado. El joven rico que le pregunta a Jesús qué necesitaba hacer para heredar la vida eterna era este tipo de persona. Estaba bendecido con riqueza y una buena posición, y fue visto como un ciudadano moral y justo. Sin embargo, algo faltaba en su vida, algo que su riqueza y conducta personal no podían alcanzar. Su pregunta a Jesús revela que dudaba de su salvación personal. En Su respuesta, Jesús le muestra a este hombre que el apego a su riqueza era el obstáculo que lo separaba de la esperanza de salvación que buscaba. Esto llega a ser evidente cuando el joven se da la vuelta y se va.
Jesús usa esta oportunidad para revelar que ambos, los ricos y los pobres, necesitan la salvación y que los ricos tienen una desventaja por su apego a las riquezas. Los apóstoles están sorprendidos porque piensan que, si es difícil que se salven los ricos, ¿cómo se salvarán los pobres? Jesús les asegura que Dios tiene el poder de salvar a ambos.
Pedro responde a esto con el comentario que ellos, los apóstoles, se han hecho pobres para seguir a Jesús. El punto implícito es que ellos han hecho lo que Jesús le pidió del joven rico, pero no han recibido aún ningún galardón terrenal (como ellos se imaginaban la salvación). Jesús les dice que Sus discípulos reciben una nueva familia aquí en la tierra (la iglesia), más bendiciones preciosas (riqueza espiritual como paz, gozo, esperanza, etc. en varios grados), y al final, la vida eterna en el mundo que viene. Todas estas son cosas que un tesoro terrenal no puede comprar. Después de decirles esto les recuerda una vez más de Su sufrimiento, muerte y resurrección que está por venir, las cosas que Él tendrá que entregar para conseguir estas bendiciones para ellos.
El poder
35Y se le acercaron Jacobo y Juan, los dos hijos de Zebedeo, diciéndole: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos. 36Y Él les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros? 37Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 38Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado? 39Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado, 40pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no es mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado. 41Al oír esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan. 42Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. 43Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, 44y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos. 45Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
46Entonces llegaron a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. 47Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama. 50Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. 51Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista. 52Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
La madre de Jacobo y Juan (mencionada en Mateo 20:20-28) saca un tema que ha sido controversial entre los discípulos de Jesús. Ella pide que Jesús les dé a sus hijos la posición más alta en el reino. El hecho de que esto molesta a los otros apóstoles muestra que todavía veían el reino como una entidad política y terrenal con la posibilidad de que tuvieran ellos "posiciones" de prestigio y autoridad. Jesús disipa esta idea de dos formas:
- Él describe el reino como una comunidad de personas tan inocentes como los niños donde la posición más alta es una de servicio. Jamás hay competencia o prestigio entre esclavos. Todos son iguales y están bajo el dominio de su amo a quien sirven. Para que no haya quejas o resentimientos Jesús usa Su propia vida como ejemplo. Su reino no es de ni es como los reinos de este mundo. Los beneficios son diferentes como también lo son las relaciones y las actividades en tal reino. Él enseña que somos salvos para poder servir en el reino.
- La sanación del hombre ciego llamado Bartimeo resume esta enseñanza sobre la naturaleza de aquellos en este reino. Este ciego fue rechazado por la sociedad, no tenía más dinero que lo que recibía de mendigar. No le tuvieron ni compasión ni respeto porque cuando clamó le dijeron bruscamente que se callara. Sin embargo, a pesar de todo esto, Jesús lo sanó y lo restauró a una vida normal con sus seres queridos. Bartimeo era el último de todos, pero a causa de su creencia y porque clamó en humildad, llegó a ser el primero en entrar al reino y experimentar la misericordia y el poder de Dios.