El arresto y encarcelamiento de Pablo - Parte 1
Dejamos a Pablo habiendo terminado su tercer viaje misionero y volviéndose hacia Jerusalén. Había sido advertido por varias personas que allí le esperaba problemas y encarcelamiento, pero a pesar de estas amonestaciones el Apóstol insistía en ir.
Esto nos trae entonces a la sección del libro de Hechos que cuenta de su arresto y encarcelamiento que empieza en Jerusalén.
Pablo en Jerusalén (21:15-26)
15Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén. 16Y nos acompañaron también algunos de los discípulos de Cesarea, quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre, un antiguo discípulo con quien deberíamos hospedarnos.17Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con regocijo. 18Y al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos estaban presentes. 19Y después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles mediante su ministerio. 20Y ellos, cuando lo oyeron, glorificaban a Dios
- Hechos 21:15-20a
Observe, una vez más, que Lucas incluye detalles pequeños sobe el viaje corto desde Cesarea (donde dice que se quedaron con Felipe, uno de los siete diáconos originales, y sus cuatro hijas - versículos 8-9), y entonces nombra a personas adicionales que vieron y otro lugar donde se hospedaron por la noche (Mnasón de Chipre). Estos no son doctrinas importantes ni conocimientos teológicos sino detalles bastante simples que le brindan al recuento de Lucas una credibilidad histórica, social y cultural apropiada para su lector de entonces y lectores de hoy día. Cosas espectaculares ocurrieron como milagros, lenguas y sanaciones pero estos eventos se mezclaban con otros cotidianos (cómo viajaban, donde se hospedaban, etc.) lo que le da a la escritura de Lucas un sentir de lo que intentaba ser: una narrativa ordenada describiendo la vida y el ministerio de ambos Pedro y Pablo al establecer la iglesia primitiva.
Otro punto de interés aquí es el patrón establecido para la obra y la cooperación entre el misionero, la congregación que lo manda, y las nuevas congregaciones que él establece:
- La Iglesia Manda: Observe que en Hechos 13 era la iglesia que mandó a Bernabé y Pablo hacer misiones (Hechos 13:1-3). Aunque Pablo había recibido su llamado directamente de Dios, no actuó hasta que la iglesia lo mandó.
- El Misionero Establece Iglesias: Ya sea un misionero o un equipo de misioneros, la meta de los que son mandados no es hacer obras de benevolencia, enseñar idiomas o proveer cuidados médicos; el rol de misioneros es establecer iglesias. Estas otras actividades pueden ser parte de la estrategia general pero no son la meta de misiones.
- La Iglesia que Manda también Supervisa: Observe que Pablo volvió a la iglesia en Antioquía que lo mandó e informó sobre la obra que había hecho, y esta vez lo mandaron a Jerusalén porque los líderes allí habían dado permiso para su obra entre los gentiles. Las iglesias que estableció Pablo tenían su propio liderazgo mientras crecían en madurez (Tito 1:5), pero Pablo mismo continúa informando sobre su obra a las iglesias que lo mandaron y bendijeron originalmente.
Lucas describe la escena donde Pablo está cuidadosamente detallando el ministerio que ha hecho entre los gentiles. En este momento los líderes en Jerusalén traen un tema que ha surgido entre cristianos que se han convertido del judaísmo.
20by le dijeron: Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley; 21y se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones.
- Hechos 21:20b-21
Muchos de los primeros judíos convertidos al cristianismo continuaban con sus costumbres y prácticas religiosas: mantenían sus restricciones alimenticias (i. e. no comían cerdo), practicaban la circuncisión, iban al templo, etc. Estas actividades se permitían en la iglesia primitiva puesto que la religión y la cultura judía estaban tan entrelazadas. La única restricción, por orden de los Apóstoles (Hechos 15), era que no podían imponer estas cosas sobre otros creyentes ya sea judío o gentil como condición de salvación (como lo intentaban hacer los judaizantes). Después de la destrucción del Templo en 70 d. C., el cristianismo se consideraba como una religión aparte del judaísmo y guardar las costumbres judías por los convertidos de la misma eventualmente cesó.
Sin embargo, como este pasaje indica, esta práctica estaba vigente durante el tiempo del ministerio de Pablo. El problema pareciera ser que algunos estaban entrando en chismes acusando a Pablo de requerir que los judíos abandonaran sus tradiciones y costumbres para ser cristianos. Lo estaban acusando de enseñar lo opuesto de lo que enseñaban los judaizantes:
- Judaizantes: Debes guardar costumbres judíos (i. e. la circuncisión) para ser cristiano.
- Acusaciones contra Pablo: Debes abandonar costumbres judíos (i. e. la circuncisión) para ser cristiano.
La verdad, por supuesto, era que para ser cristiano necesitabas creer que Jesús era el Hijo de Dios y expresar esa fe en arrepentimiento y bautismo (Hechos 2:38). Si guardaras las costumbres judías después de eso era irrelevante porque al hacerse cristiano eras aceptable ante Dios por tu fe en Cristo, no por las costumbres religiosas que mantenías o abandonabas. Pablo explica esto en detalle en Romanos 14.
Sin embargo, en este momento particular estas acusaciones estaban causando problemas en las iglesias que estaban compuestas mayormente de estos cristianos judíos (especialmente las congregaciones en y alrededor de Jerusalén), así que los líderes propusieron la siguiente solución. Sugirieron que Pablo se uniera a cuatro cristianos judíos de la iglesia en Jerusalén quienes, de acuerdo con la Ley y costumbre judía, habían hecho votos que estaban por cumplirse.
Quienes hacían votos lo hacían para agradecer a Dios por oraciones contestadas o bendiciones recibidas o para pedir ciertas cosas. Eran voluntarios pero la Ley dictaba cómo llevarlos acabo (Números 6:1-21). Durante el período del voto, generalmente tres meses, la persona dejaba crecer su pelo, no tomaba alcohol y tendría cuidado de no estar en contacto con un cuerpo muerto (aún de un ser querido). Si uno rompiera el voto de alguna manera, aunque fuera sin querer, tenía que renovar el voto y empezar de nuevo. Una vez terminado el tiempo del voto, la persona se rasuraba y quemaba su pelo en el altar junto con un sacrificio animal de algún tipo (Lenski, Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles p. 882).
La propuesta de los ancianos, entonces, era que Pablo participara con estos cristianos judíos en la última semana de sus voto y entonces completarlo al pagar por y ofrecer el sacrificio necesario para cada uno de ellos. Puesto que era bien conocido y lo estaban vigilando, la participación de Pablo en estas costumbres judías pondría fin a los rumores y las acusaciones en su contra con respecto a estas cosas. Por supuesto esta acción sería conforme a la actitud de Pablo en cuanto a asuntos similares en su carta a los corintios.
19Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible. 20A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; 21a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley.
- 1 Corintios 9:19-21
Es durante la terminación de estos votos que lo arrestan.
El Arresto y Encarcelamiento de Pablo (21:27-40)
27Cuando estaban para cumplirse los siete días, los judíos de Asia, al verlo en el templo alborotaron a todo el pueblo y le echaron mano, 28gritando: «¡Hombres de Israel, ayúdennos! Este es el hombre que enseña a todos, por todas partes, contra nuestro pueblo, la ley y este lugar. Además, incluso ha traído griegos al templo, y ha profanado este lugar santo». 29Pues anteriormente habían visto a Trófimo el Efesio con él en la ciudad, y pensaban que Pablo lo había traído al templo. 30Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes. Apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo, y al instante cerraron las puertas.
- Hechos 21:27-30
A pesar de sus mejores esfuerzos, la multitud detiene a Pablo y lo acusan de profanar el Templo. Los gentiles convertidos al judaísmo podían entrar al patio de los gentiles pero no podían entrar más allá porque estaba reservado para hombres y mujeres judíos. Había letreros que advertían a los gentiles que quien cruzara el umbral al área judío sería castigado con la muerte. Como judío, Pablo naturalmente entraría al patio de los judíos con los cuatro cristianos judíos para ofrecer sacrificios y completar sus votos.
Judíos de Asia (judíos de Éfeso que habían causado problemas allí) reconocieron el cristiano gentil, Trófimo, quien también era de la iglesia de los efesios y acompañaba a Pablo a Jerusalén (pero no era uno de los hermanos que había tomado un voto) sino fue visto con él en la ciudad. Usan esto como pretexto para acusar a Pablo no solo de ser irrespetuoso hacia la Ley y las costumbres judías, pero también de llevar a un gentil a el área prohibido del Templo. Lucas describe la detención de Pablo y el alboroto que sigue (Hechos 21:31-36). Empiezan por pegar el Apóstol pero es rescatado por soldados romanos quienes lo arrestan y lo llevan a un lugar seguro. Pablo, no queriendo desaprovechar un momento para hablar/predicar a sus compatriotas judíos, le pide permiso al centurión para dirigirse a la multitud.
37Cuando estaban para meter a Pablo en el cuartel, dijo al comandante: ¿Puedo decirte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego? 38¿Entonces tú no eres el egipcio que hace tiempo levantó una revuelta, y sacó los cuatro mil hombres de los asesinos al desierto? 39Pablo respondió: Yo soy judío de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad no sin importancia; te suplico que me permitas hablar al pueblo. 40Cuando el comandante le concedió el permiso, Pablo, de pie sobre las gradas, hizo señal al pueblo con su mano, y cuando hubo gran silencio, les habló en el idioma hebreo, diciendo:
- Hechos 21:37-40
Cuando el centurión se da cuenta que Pablo no es un delincuente judío sino un ciudadano romano (quien no podía ser arrestado o castigado sin debido proceso de acuerdo con la ley romana), le permite hablar.
La Defensa de Pablo Ante los Judíos (22:1-30)
El discurso de Pablo recuenta su vida pasada como un Fariseo bien educado y decidido de destruir la fe cristiana y quienes pertenecían a ella. Describe su encuentro con el Señor en el camino a Damasco, su bautismo y la visión que tuvo después en el Templo donde Dios renovó su misión original: llevar el evangelio a los gentiles. Como judío, naturalmente Pablo quería volver a Jerusalén después de su conversión para predicarle a sus compatriotas, pensando que su vida pasada y conversión serían un gran testimonio para traer esta gente a Cristo. Dios, sin embargo, le dice a Pablo que los judíos no lo aceptarán y que él tendrá que llevar el evangelio a los gentiles quienes sí lo aceptarán.
Al mencionar los gentiles el alboroto empieza de nuevo.
22Lo oyeron hasta que dijo esto, y entonces alzaron sus voces y dijeron: ¡Quita de la tierra a ese individuo! No se le debe permitir que viva. 23Como ellos vociferaban y arrojaban sus mantos y echaban polvo al aire, 24el comandante ordenó que lo llevaran al cuartel, diciendo que debía ser sometido a azotes para saber la razón por qué gritaban contra él de aquella manera. 25Cuando lo estiraron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba allí: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haberle hecho juicio? 26Al oír esto el centurión, fue al comandante y le avisó, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es romano. 27Vino el comandante a Pablo y le dijo: Dime, ¿eres romano? Y él dijo: Sí. 28Y el comandante respondió: Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero. Y Pablo dijo: Pero yo soy ciudadano de nacimiento. 29Entonces los que iban a someterlo a azotes, al instante lo soltaron; y también el comandante tuvo temor cuando supo que Pablo era romano, y porque lo había atado con cadenas. 30Al día siguiente, queriendo saber con certeza la causa por la cual los judíos lo acusaban, lo soltó, y ordenó a los principales sacerdotes y a todo el concilio que se reunieran; y llevando a Pablo, lo puso ante ellos.
- Hechos 22:22-30
Aquí vemos la importancia de la ciudadanía romana de Pablo cuando el comandante sobre el centurión detiene la interrogación y tortura ilegal que estaban a punto de hacerle. Es probable que Pablo heredó su ciudadanía de su padre quien era un ciudadano de una ciudad (Tarso) ubicada en la provincia romana de Cilicia. El padre de Pablo habría obtenido su ciudadanía como resultado de su servicio o el servicio de su ciudad a Roma.
Declarando su ciudadanía es suficiente para parar los procedimientos. El comandante le cree a Pablo ya que una declaración falsa de este tipo sería castigada por la muerte de acuerdo con la ley romana, y los soldados tenían tiempo de verificar su declaración puesto que ya estaba en su custodia. Si estaban equivocados en cuanto a él, el arresto y tortura de un verdadero ciudadano romano serían culpables de un crimen grave.
Llegan a un acuerdo cuando deciden soltarlo de sus cadenas pero entregarlo a interrogación por los líderes judíos puesto que parecía ser un asunto religioso entre ellos sobre sus creencias. Los soldados sabían que Pablo no había cometido ningún crimen en contra de la ley romana así que el permitir que los judíos lo interroguen podría resolver el problema y también aclarar por qué la multitud judía quería matarlo.
Pablo Ante el Concilio Judío (23:1-11)
1Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia. 2Y el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan en la boca. 3Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Te sientas tú para juzgarme conforme a la ley, y violas la ley ordenando que me golpeen? 4Los que estaban allí observando, dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? 5Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: No hablaras mal de una de las autoridades de tu pueblo.
- Hechos 23:1-5
Observe que Pablo no fue tratado por el Concilio (lo golpearon en la boca) tan bien como lo trataron los romanos, y hasta ¡lo golpearon en violación de la Ley judía! Su respuesta es destacar la hipocresía del que debe defender la Ley al usar su posición para violarla con impunidad. Pablo afirma que Dios juzgará esta acción. Cuando le dicen que el orden fue dado por el Sumo Sacerdote, Pablo pide disculpas por haber hablado en contra del oficio, no del hombre, porque la Ley mandaba si uno que estaba en el cargo cometía ofensa, tenías que soportarlo por respeto al cargo y confiar que Dios administraría justicia en el momento y de la manera adecuada en el futuro (Éxodo 22:28).
Lucas solo informa sobre el principio y el final de la interrogación (esto no era un juicio oficial, solo una interrogación organizada por el comandante romano para ver qué posible acusación legal podría usar en contra de Pablo en una corte romana). Él no provee detalles con respecto a las preguntas, respuestas o comentarios hechos durante la interrogación.
6Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos, alzó la voz en el concilio: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos. 7Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió.8Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, mas los fariseos creen todo esto. 9Se produjo entonces un gran alboroto; y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos, discutían acaloradamente, diciendo: No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado? 10Y al surgir un gran altercado, el comandante tuvo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, y ordenó que las tropas descendieran, lo sacaran de entre ellos a la fuerza y lo llevaran al cuartel.
- Hechos 23:6-10
Lucas describe cómo esta reunión termina en caos. Anteriormente hablamos de las grandes diferencias teológicas entre los Saduceos (quienes solo aceptaban el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia, como autoritario y como resultado rechazaban las profecías, seres espirituales, milagros y vida después de la muerte) y los Fariseos (quienes aceptaban y creían en todas estas cosas). Lucas describe como Pablo, anteriormente un Fariseo, astutamente usa estas diferencias para interrumpir la reunión y bajar las defensas de sus enemigos judíos. El desacuerdo entre los dos grupos que surge amenaza nuevamente la seguridad de Pablo y los soldados lo rescatan y detienen por su propia seguridad, dándoles así tiempo para considerar su próxima estrategia.
A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma.
- Hechos 23:11
Lucas provee información con respecto a una visión o revelación que recibió directamente del Señor en cuanto a su ministerio del evangelio presente y futuro que solo podía haber venido del Apóstol.
Lecciones
Sé Paciente con el Proceso
A pesar de que la Biblia explica el evangelio en pocas palabras:
- Jesús fue Dios hecho hombre.
- Él murió por los pecados de toda la humanidad.
- Fue resucitado para probar que era Dios.
- Se ofrece el perdón y la vida eterna a quienes creen en Él.
- La fe se expresa mediante el arrepentimiento y el bautismo.
Sin embargo, para la mayoría el entender y responder correctamente puede ser un proceso largo que toma años en cumplirse.
B. A pesar de si la biblia describe al cristiano maduro a grandes rasgos:
- Lleno del Espíritu.
- Conocimiento de la Palabra.
- Un actitud amable y humilde.
- Una vida llena de servicio y buenas obras.
- Fiel y confiado en la salvación y la vida eterna venidera.
Sin embargo, estas características toman mucho tiempo cultivar e inculcarlos en nuestras vidas personales.
Pablo, al tomar votos y someterse al nivel de madurez de quienes eran más débiles que él, demostró su disposición de ser paciente con el proceso de crecimiento de otros cristianos.
Nuestra reacción natural y carnal a la inmadurez de otros generalmente es enojarnos, chismear y ridiculizarlos o evitarlos por completo. El ser paciente con otros mientras pasan por el proceso de crecimiento en Cristo garantizará que el Señor continuará siendo paciente con nosotros mientras también vivimos el proceso de crecimiento aun en algún otro nivel.
Los Caminos de Dios No Son Nuestros Caminos
Pablo quería aplacar a aquellos en la iglesia que le estaban causando problemas a su ministerio. Si pudiese calmar los rumores y los chismes entonces tendría la oportunidad de alcanzar su propio pueblo (compatriotas judíos) en la ciudad al centro del judaísmo: Jerusalén. Al resolver este problema podría entonces ir de predicar a sus compatriotas en Jerusalén a proclamar el evangelio a la ciudad central del mundo gentil: Roma. Seguramente el alboroto y su arresto fueron de gran decepción porque este contratiempo derrumbó su plan.
Sin embargo, Dios se muestra a Pablo y le recuerda que sus metas (de predicar en Jerusalén y Roma) se cumplirían pero de acuerdo con plan de Dios y no al plan de Pablo. Por ejemplo, Pablo predicó a una gran multitud en el Templo pero lo hizo como resultado del alboroto y su arresto. También predicará en Roma pero como prisionero, no como un hombre libre.
A veces Dios usa problemas y dolor para avanzar Su voluntad no solamente en nuestras vidas sino también en la vida de otros. No debemos enojarnos o desilusionarnos cuando pasan cosas malas, es mejor estar quieto, ser fiel y estar atento para discernir lo que Dios está haciendo mediante nuestro sufrimiento o incomodidad. A veces simplemente mantener la fe mientras la tormenta arrasa en nuestra vida, es el objetivo que Dios tiene en mente.
Necesitamos recordar que la manera que Dios logra cosas espirituales en nosotros no es siempre, si alguna vez fuese, nuestra manera de lograr cosas espirituales en nosotros mismos.
- Comparte tu propia experiencia de una vez en que te negaste algo simplemente para no causar que otro tropezara. ¿Funcionó? ¿Cómo te sentiste mientras lo hacías?
- En tu opinión, ¿cuáles son los peligros de "autonombrarse" a roles de ministerio tales como anciano, diácono o predicador? Comparte una historia de un líder religioso que admiras y uno de alguien que sientes que no cumplió con su deber ministerial. ¿Cuál es la diferencia entre ellos?
- ¿Alguna vez has sido acusado injustamente? ¿Cómo te ayudó el Señor durante ese tiempo?