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Cuestionario de repaso

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Este es un capítulo "extra" del libro de Juan. Hemos dedicado tiempo a este estudio, repasando cada versículo y siguiendo algunos conceptos clave que aparecen a lo largo del evangelio.

En este capítulo adicional me gustaría hacer dos cosas:

  1. Facilitar un breve cuestionario para poder traer a colación los puntos esenciales de este libro. Es solo un ejercicio personal, nadie más lo verá, solo tú.
  2. Proporcionar un resumen adicional del evangelio de Juan y algunas lecciones prácticas que podemos extraer.

-- EXAMEN --

Resumen del evangelio de Juan

El evangelio de Juan, como hemos intentado mostrar, tiene un tema presentado repetidamente en cada escena presentada por Juan. Desde los primeros versos del prólogo donde describe la posición de Jesús con Dios antes de la creación del hombre, hasta las apariciones posteriores a la resurrección, Juan está continuamente presentando a Jesús como el Hijo divino de Dios.

Este es el punto central de su evangelio: que Jesucristo, Sus milagros, Su ministerio y Su resurrección han probado que Él es, de hecho, divino.

Alguien podría decir: "Bueno, ¿no es ésta también la intención de otros escritores del evangelio? ¿Qué tiene de especial Juan? Cada escritor del evangelio tenía un punto de vista y un público objetivo con su libro y Juan no era diferente.

  • Mateo demostró que Jesús era el Mesías según los profetas. Por eso se refiere tanto al Antiguo Testamento en su evangelio. Quería mostrar a los Judíos que los milagros, el ministerio y la resurrección fueron hechos de acuerdo con lo que los profetas dijeron que sucedería cuando llegara el Mesías.
  • El evangelio de Marcos es el relato de un testigo ocular, Pedro el Apóstol. Leemos las palabras de Pedro en Marcos, quien sirvió como secretario. El trabajo de Marcos se centra en el poder de Jesús, registrando más milagros de Jesús que el resto de escritores. La idea para cualquiera que lo leyera era que el reino de Dios había llegado con un poder asombroso a través de Jesús.
  • Lucas escribió su obra desde una perspectiva histórica. Cuenta la misma historia, pero tiene cuidado en incluir detalles que situará los incidentes del ministerio de Jesús desde un adecuado marco histórico. En el siglo I, el evangelio de Lucas y el libro de los Hechos se distribuyeron como un solo libro y era visto como una historia definitiva del cristianismo primitivo y de la Iglesia.
  • En comparación con ellos, Juan es el único escritor que involucra directamente a su lector. Su evangelio es cercano y personal. De principio a fin se centra, no solo en los milagros, las enseñanzas y el ministerio de Jesús, sino también en cómo reacciona la gente a todas estas cosas.

Juan describe cómo hombres, mujeres, ricos, pobres, Judíos, Romanos, Sumo sacerdotes o pescadores comunes reaccionan ante el Señor. Y Juan no deja lugar para el compromiso, se considera que la gente cree o rechaza a Jesús. Al final, tras innumerables ejemplos de fe o incredulidad, deja al lector preguntándose: "¿crees o no crees?"

Y así, tras leer el evangelio de Juan, hay pocas dudas en cuanto a su idea (que Jesús es divino) o a su propósito (hacer que todos elijan creer o rechazar a Cristo).

Lecciones

Espero que hayan adquirido una mayor comprensión de este evangelio. Como también que su fe se haya fortalecido a medida que hemos estudiado las vidas y respuestas de otras personas que han visto y creído en Jesús. Espero también que recuerden estas últimas lecciones de Juan al cerrar nuestro estudio:

1. Este evangelio es para nosotros y hoy.

Es más fácil desentendernos de los otros escritores de los evangelios, diciendo que uno escribió para los Judíos (yo no soy Judío), el otro escribió como testigo ocular (yo no estuve allí), o bien el tercero escribió para la historia (no estoy en la historia). Pero Juan tenía, claramente, sus ojos puestos en cada persona que leería su libro, tanto entonces como ahora.

No hay forma de escapar al hecho que, si lees este libro, quedas obligado a tomar una decisión, te guste o no. Solía decir que, si estuviera trabajando con alguien no cristiano, le haría leer primero a Marcos, porque es fácil, corto y directo. Pero tras estudiar a Juan, entiendo por qué tantos eligen este evangelio para comenzar a enseñar a otros: interpela al lector a decidir si se incluirá entre los creyentes o incrédulos.

2. Cristiandad consiste en Jesús.

Nos vemos envueltos en problemas, programas, sistemas, proyectos, presupuestos y debates. El evangelio de Juan, sin embargo, nos trae de regreso a los fundamentos de nuestra religión: la persona de Jesús. Juan desarrolla una sola idea, un punto de vista, en los 21 capítulos de su libro. La idea principal es que ¡Jesús es Dios! Todo lo demás respecto de nuestra fe y nuestra práctica comienza y termina con esta única verdad básica.

Cuando comenzamos a tener problemas personales o corporativos, ya sea como cristianos o congregacion, debemos volver a esta verdad fundamental que propone Juan: ¡Jesús es Dios!

  • Tenemos que pensar en ello.
  • Necesitamos reafirmar nuestra fe en Él.
  • Necesitamos enfocar nuestra atención en ello, en adoración.
  • Necesitamos re-enseñarlo antes de buscar soluciones en otra parte.

3. Lo mejor está por venir.

Nótese que para todos aquellos que dijeron "sí" a Jesús, hubo una recompensa que superaba sus expectativas. Desde la mujer en el pozo, que encontró un nuevo propósito, al ciego que halló una nueva voz, a María Magdalena que encontró a su amado maestro resucitado de entre los muertos, o a Pedro que encontró perdón y renovación.

Todos aquellos a quienes Juan describe aceptando a Jesús fueron bendecidos gracias a su fe. Mas Jesús nos habla a todos hoy cuando dice: "Bienaventurados los que no han visto, pero han creído" (Juan 20:29). Como Tomas, no hemos visto, pero somos abordados directamente por Jesús mismo (Dios, en contexto, habla directamente a la presente generación).

Jesús pasa por alto el comentario de Juan y promete que nosotros también recibiremos bendición si creemos. Ponderemos la evidencia y no dudemos, hermanos, creamos y continuemos haciéndolo para recibir el mejor regalo que aún no ha sido dado: la comunión con el Señor Jesús, sin fin. Esta es una bendición cuya espera bien vale la pena.

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