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Salmos de confianza

Los salmos que exaltan el nombre de Dios y el cuidado providencial como protector y guía se conocen como salmos de seguridad.
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Un gran número de salmos y sus categorías describen las reacciones que personas distintas tuvieron, al contemplar la experiencia que su relación con Dios les provocó. Por ejemplo:

  1. Cuestiones de conducta (sabiduría).
  2. Asombro ante la creación y la Palabra de Dios.
  3. Gozo al asistir a la adoración o al ser restaurado.

En algunos casos, los escritores expresaron sus necesidades ante Dios en tiempos de dificultad. Y lo hicieron bien listando sus problemas, bien pidiendoLe ayuda a gritos (Salmos del sufrimiento). Otras veces reflexionaron sobre la presencia confortadora de Dios en esos momentos y cómo proveyó protección y guía continuada a Su pueblo.

Los salmos que enaltecen el nombre de Dios como protector y guía son denominados salmos de confianza.

Salmo 23

El Salmo 23 es un salmo de confianza clásico, y también el más conocido de todos los contenidos en la Biblia. Es atemporal en su belleza y su mensaje se entiende fácilmente, con independencia de la cultura o época. Describe el tipo de confianza que uno tiene en Dios y usa dos imágenes de Él en un mismo poema: como pastor y como anfitrión.

Dios como Pastor

La imagen de un pastor resultaba natural en David ya que, no solo era pastor, sino que provenía de personas que habían sido pastores durante muchas generaciones. Tanto Jacob, como su padre Isaac y su abuelo Abraham fueron pastores y Jacob así lo manifestó ante el faraón egipcio, cuando él y su familia emigraron allí para reunirse con su hijo José (Génesis 47:3).

El trabajo del pastor lo abarcaba todo, puesto que las ovejas eran los animales más indefensos, incapaces de defenderse o cuidarse por ellos mismos. Los pastores judíos eran especialmente atentos cuando conducían sus rebaños, y caminaban siempre delante, no los "arreaban" desde atrás. Exploraban tierras de pastoreo para ellos, asegurándose que la hierba fuera reciente y fresca, no seca o llena de malas hierbas o con posibles hierbas venenosas. Estos pastores sacaban a sus ovejas de mañana, protegidas, les daban de beber durante el día y las conducían de regreso al redil, al anochecer. Muchos dormían en la puerta del redil para protegerlas de intrusos o ladrones nocturnos. Los buenos pastores vivían, literalmente, con sus rebaños.

1El Señor es mi pastor,
Nada me faltará.

David, el pastor de una nación de pastores, declara que Dios es su pastor y, por extensión, cumple este papel protector con la nación también. La palabra "Señor", aquí, es el término "Jehová" o Dios. Sugiere la calidad del pastor en cuanto es eterno, todopoderoso y capaz de un cuidado absoluto de Su rebaño. La metáfora del pastor protector era común en aquellos tiempos. David afirma confiadamente que, con el Señor como su pastor, no le faltará nada. Sus necesidades y las necesidades de todo el rebaño serán cubiertas siempre por este gran pastor.

2En verdes pastos me hace descansar;
Me conduce junto a aguas tranquilas.
3Él restaura mi alma;
Me guía por sendas de justicia
Por causa de Su nombre.
4Aunque ande por el valle de los
sombra de muerte,
No temo mal alguno, porque Tú estás conmigo;
Tu vara y tu cayado me consuelan.

En los siguientes versículos, David describe algunas de las cosas que este gran Pastor está llevando a cabo y seguirá haciéndolo por él:

  • Proveerá de las cosas necesarias (pastos).
  • Proveerá de paz mental (aguas tranquilas).
  • Proveerá regeneración (restaurar el alma y justicia - paralelismo sinónimo).

Y todo ello lo hará guiándolo por caminos rectos en el pensar, creer y actuar.

Dios proveerá de protección ante los problemas, a lo largo de la vida. La "sombra de la muerte" no es la muerte misma, sino el miedo a la muerte y las señales de ella que vemos en este mundo caído y pecador. Aunque veo estas cosas y la sombra de la muerte se cruza en mi vida, no temeré, porque mi pastor estará allí para protegerme y fortalecerme.

Las palabras "vara y bastón" pueden estar refiriéndose a la misma cosa, si bien hace uso de dos términos distintos (el recurso literario a la metonimia – en este caso utilizando las palabras varilla y bastón para referirse a una misma idea: "Palabra de Dios"). Por ejemplo: la Palabra (vara) consuela con aliento y confianza en el amor y en la misericordia de Dios ante la muerte; la Palabra (bastón) también protege contra las ideas falsas y los ataques del demonio. Esto debió resultar fácilmente reconocible para la audiencia lectora de David, dado que el bastón o la vara que usaban los pastores tenía muchos usos: servía para dirigir al rebaño mientras viajaba, era utilizado para protegerlo contra otros animales, funcionaba como una herramienta disciplinaria castigando ovejas que se descarriaban y ayudaban al pastor a llevar la cuenta, cuando las ovejas estaban ya en su recinto.

David ve a Dios como Su pastor, no solo el que provee a través de Su Palabra sus necesidades físicas, sino también el que le garantiza paz mental, salvación de su alma, protección contra el mal y apoyo en los momentos difíciles de la vida.

Dios como anfitrión

A partir del versículo 5, David cambia la imaginería de Dios: del pastor protector al anfitrión lleno de gracia.

5Tú preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
Has ungido mi cabeza con aceite;
Mi copa se desborda.

Los anfitriones generosos de aquella época -como sucede también hoy- estaban ansiosos por complacer a sus invitados. No veían la hospitalidad como una carga, sino como un acto de gracia, de bendición a sus invitados así como a sus propios hogares. En aquellos días, además, el anfitrión proporcionaba no solo la comida, sino también el lavado de pies de sus invitados y el ungüento, en señal de bienvenida. A mayor abundamiento, el anfitrión quedaba también responsable de la protección de sus invitados (esta responsabilidad duraba mientras la comida permanecía en el cuerpo: dos días).

Con Dios como anfitrión suyo, a David se le presenta un banquete (copa rebosante) y bendiciones (unción) a pesar de sus enemigos y de sus problemas (si hacemos cálculo de nuestras bendiciones, por lo general, vemos que superan en número a nuestros problemas).

6Ciertamente el bien y la misericordia seguirán yo todos los días de mi vida,
Y en la casa del Señor moraré para siempre.

Con Dios como su pastor y anfitrión, a David se le asegura que:

  1. Será bendecido durante toda su vida, no necesariamente con riqueza o poder, sino con la tranquilidad de saber que la bondad y la misericordia de Dios se pondrá de manifiesto en todo lo que vea (a pesar de los problemas o peligros que pueda encontrar).
  2. Agrega una tercera imagen de confianza en la última línea: a la idea de ser una oveja en el rebaño de Dios y un invitado a su mesa, David agrega que él vivirá también en la casa de Dios para siempre. La mayoría de los escritores mencionaban visitar o adorar a Dios (por un tiempo) en el templo. David va mucho más allá de esta imagen familiar, al declarar que morará permanentemente y estará con Dios, no solo durante un festival o un día festivo, sino en permanencia con Él ¡para siempre!

Salmo 46

Este es un salmo que muestra a Dios como refugio nuestro. Algunos manifiestan que fue éste (y no el 18) el que inspiró a Martín Lutero para el himno Una fortaleza poderosa es nuestro Dios.

Este salmo se divide en tres secciones.

1Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Una ayuda muy presente en problemas.
2Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea cambiar
Y aunque las montañas se deslizan en el corazón de la mar;
3Aunque bramen y se turben sus aguas,
Aunque las montañas tiemblen ante su creciente orgullo. Selah.

1. Dios es nuestro refugio en las crisis más graves de nuestra vida. El autor describe eventos naturales cataclísmicos, y afirma que, a pesar de éstos, los que tienen por refugio a Dios, no tendrán miedo.

4Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,
Las santas moradas del Altísimo.
5Dios está en medio de ella, no será conmovida;
Dios la ayudará cuando amanezca.
6Las naciones se alborotaron, los reinos tambaleándose;
Elevó su voz, la tierra se derritió.
7El Señor de los ejércitos está con nosotros;
El Dios de Jacob es nuestra fortaleza. Selah.

2. Dios es nuestro refugio cuando estamos en presencia de nuestros enemigos inmediatos. Describe a Jerusalén no sólo como el lugar donde Dios mora con Su pueblo, sino también como objetivo del ataque de los enemigos. El defensor de la ciudad que destruye al enemigo es el mismo Dios. La idea aquí es que los que están cerca de Dios serán defendidos con éxito por Él, quien se levantará contra todos y cada uno de ellos.

8Venid, contemplad las obras del Señor,
Quien ha obrado desolaciones en la tierra.
9Él hace cesar las guerras hasta los confines de la tierra;
Rompe el arco y corta la lanza en dos;
Quema los carros con fuego.
10"Dejen de luchar y sepan que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones, seré exaltado en la tierra."
11El Señor de los ejércitos está con nosotros;
El Dios de Jacob es nuestra fortaleza. Selah.

3. Dios es nuestro refugio frente a las naciones. El autor declara que no solo Dios protege de enemigos muy diversos (políticos, morales, espirituales) sino que Su victoria sirve de señal a todas las naciones, para que cesen de rechazar a Dios y a Su pueblo, y se acerquen al Señor. Este salmo apunta a un lugar más allá de este mundo, al otro en el que el autor ve a Dios como refugio contra la misma muerte. Téngase en cuenta que los versículos 7 y 11 forman un estribillo que se repite dos veces en el poema y refieren al triple título de Dios.

¿Para quién es este refugio? ¿para nosotros?

  1. El Señor de los Ejércitos: Su título de poder divino.
  2. El Dios de Jacob: Su título de relación de pacto con Israel. El Dios en la historia humana. Los dioses paganos no pactaban con los individuos. Esta es una forma significativa en la que Jehová se diferenciaba de las deidades paganas.
  3. El Señor de los ejércitos está con nosotros: Emanuel. Este es Su nombre y sugiere la sustancia de Su promesa (protección y liberación) y el por qué podemos sentirnos confiados.

Al describir a Dios en este salmo, el autor asegura que el Señor es un refugio contra las catástrofes de la vida, los enemigos y la muerte. Esta seguridad se basa en el reconocimiento de Su poder divino, en la prueba histórica de Su amor y en la promesa de estar siempre con su pueblo.